Videojuegos

Las crónicas de ALX: Tapando el sol con un dedo

En esta, mi semana de vacaciones, los dejo con algunos de los artículos que publiqué en www.televitos.com, un sitio chileno de series de TV, películas y videojuegos (pero con un perfil mucho más casual) que gentilmente nos prestó contenido que fue publicado originalmente allí.  Son mis vacaciones, pero no se librarán de mí…Mwahahahahaha!

Creo que es primera vez que escribo tan en serio.  No hay chistes malos.  No hay humor para relajar el tono.   No.  Sólo hay hechos tristes y opinión honesta.  En Alemania, a finales del 2005, Sebastian Bosse, un joven de 18 años, llevó un arma a su colegio y alcanzó a asesinar a 37 personas para luego suicidarse.  Investigaciones posteriores revelarían que este joven solía encerrarse en su pieza para jugar Counter Strike todo el día.  En vista de las lamentables circunstancias, el gobierno alemán propuso un proyecto de ley con el objetivo de prohibir los juegos que contengan violencia en contra de personajes humanos.  Juegos como Scarface, Gears of War y el mismo Counter Strike fueron prohibidos de cuajo en esta nación y su idea es legislar para que este criterio rija en toda la Unión Europea.  Fue así como se acuñó la palabra ‘Killerspiele, termino que significa algo así como ‘Juego asesino’.

Las muertes y los sucesos son más que lamentables.  La violencia en la juventud es un tema que ha cruzado transversalmente las épocas, los países y los factores que la gatillan.  En algún momento fue el rock pesado, en otro fue el cine, ahora son los juegos.  Alemania puede ser un país avanzado y progresista, pero al parecer no son buenos para mirar hacia atrás y ver un poco los ejemplos que nos da la historia.  Jamás ha funcionado la prohibición; prohibir invita…y con ganas.   Por un motivo u otro, siempre que algo se prohíbe termina distribuyendose -con más fuerza-; la censura les hice un gordo favor publicitándolos.

Vivimos en tiempos donde el miedo es factor, decisión y hasta arma.  Entiendo a más no poder el temor que los juegos violentos pueden generar en los padres, pero prohibir no es el camino.  Esto sólo fomenta el mercado negro y hasta la piratería.  ¿Qué hacer entonces?.  Simple, EDUCAR.  Educar a los padres, educar a los hijos. A la hora de cazar brujas, todos olvidaron que existe un estandarizado sistema de censura.  Todos los juegos aparecidos en el viejo continente (al igual que en América) pasan por un comité de control que cataloga los contenidos de cada juego y les otorga una censura según la edad, de forma muy similar a lo que sucede en el cine.  Si los padres cumplen su rol de filtro y se informan sobre que juegan sus hijos, si nosotros como adultos somos capaces de instruir a los más pequeños de que lo que pasa en la pantalla se queda ahí, lamentaríamos menos problemas.

La modernidad nos quita tiempo y algunos padres prefieren la comodidad de que la música, el cine, la TV y los juegos sean papás, profesores y nanas de sus hijos.  Debemos ser responsables y hacer primar la conversación, el contacto y el sentido común con quienes están creciendo.  Quién sabe que pasaba por la cabeza de este joven alemán, que sufrimientos tenía contenidos que explotó de esa triste manera.  Quién sabe si sólo necesitaba alguien que se le acercase, le escuchase y le prestase su hombro para llorar.

Además, de pasada esta censura crea problemas a quienes disfrutan de los juegos de acción sin que esto les conlleve trastornos de conducta; aquellas personas que ya son maduras y saben que lo que ven es sólo un juego.  También crea problemas a los desarrolladores de videojuegos; además de cohibir su libertad creativa, crea extrañas circunstancias.  CryTek, creadores del juego de acción FarCry y de Crysis, amenazaron con abandonar Alemania (lugar donde están instalados) e ir a otro país donde pudiesen hacer su pega tranquilos y sus juegos no fuesen ilegales.

Si es por prohibir, saquemos todo porque somos unos pobres monos que imitan y no tenemos idea de nada.  Smallville debe ser erradicado, ya que muchos tratarán de levantar automóviles sólo con sus propias manos y cada vez que puedan intentarán detener balas con su cuerpo para luego estar ilesos.  Que nadie tenga acceso a los juegos de Mario Bros., ya que niños comenzarán a comer hongos esperando crecer el doble al instante.  De hecho, Charles Manson debió haber jugado muchos videojuegos cuando niño antes de ser una asesino en serie, al igual que Jack El Destripador….(¿se entendió la ironía?).

Muchos padres, luego de ver que sus hijos pequeños juegan títulos muy violentos, suelen vociferar “Mira lo que este juego muestra. ¿Cómo es posible que le enseñe esto a mi hijo?”.  Simple respuesta señor: Porque USTED lo permitió.  Muchas consolas y videojuegos llegan a los niños porque sus padres se las compran.  Si los padres dejan de hacerse los tontos y toman en serio su trozo de responsabilidad sobre este problema, los jóvenes que lleguen a los 18 años con el desequilibrio y los problemas de Sebastian Bosse no serán fáciles de encontrar.  Dejemos de tratar a los videojuegos, al cine o la TV y a sus efectos como ‘enfermedad’, cuando no son más que un ‘síntoma’ de algo mucho más grande y grave.

En nuestros tiempos, prohibir la circulación de X material es una utopía ingenua.  Si quieres un disco, un juego, una película o un libro, lo conseguirás tarde o temprano.  Lo importante es educar los roles y utilizar las herramientas (como la recomendación por edad que cada título posee) para que no tengamos que lamentar nuevamente eventos tan tristes como este.  Una vez el buen Mierdolas me dijo “la gente hace los juegos; los juegos no hacen a la gente”.  Si esta ocurriendo esto último, vamos de mal en peor.

“…porque, a diferencia de los padres que odian la TV, yo rechazo comprarles consolas portátiles, Xbox, GameCube y PS2. Son el sudoku de Satanás, crack para el cerebro. Hasta los peores dibujos animados o culebrones enseñan al niño sobre personajes, argumentos, dramas, humor y la vida. Al jugar con videojuegos, los niños están mentalmente encarcelados, enganchados a los cerebros de sus malvados creadores”.
Janice Turner, periodista del periódico británico The Times

“…tenemos censura y métodos de vigilancia que exigen conformidad y solicitan obediencia. ¿Cómo sucedió esto? ¿Quién es culpable? Ciertamente hay algunos que son más culpables que otros y más de alguien será indicado como responsable.  Pero finalmente, siendo honestos, si buscamos un culpable, sólo necesitamos mirarnos en un espejo”.
V, V for Vendetta

Tags

Lo Último


Te recomendamos