Dentro de una cloaca, mi compañero y yo avanzábamos sigilosamente. La oscuridad nos impedía analizar con cautela el terreno, pero conforme más nos acercábamos, la luz era más notoria. Pronto ubicamos el lugar en donde debíamos plantar los dispositivos C4. Una gran explosión tuvo lugar, permitiéndonos el acceso a un lugar resguardado por cuatro guardias.
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Fue fácil engañarlos. Flanqueamos y disparamos desde lejos, desde las sombras, donde, gracias a nuestro camuflaje, éramos casi indetectables. Sin embargo, sentirme tan confiado hizo que cometiera un error letal y fui abatido en medio de la batalla.
Necesitaba sentarme para soportar el dolor, pero si hacia eso nuestros enemigos pensarían que sigo vivo y no dudarían en ejecutarme. Estoicamente soporte la herida de bala hasta que mi aliado llego para curarme; unos segundos más y ya no hubiera podido formar parte de esta misión. La adrenalina se apodera de mi mente al ver que tenemos que eliminar mas blancos para seguir adelante.
De esta manera empieza la campaña multijugador de Splinter Cell: Conviction, donde controlamos al ruso Kestral y al estadounidense Hunter. Si bien la historia de este par no está completamente ligada a la de Sam Fisher, sí es emocionante y, sobre todo, nos ofrece un gran gameplay.
Gracias a las nuevas mecánicas como Previous Location (una sombra que marca el último punto en que nos vio el enemigo) y Mark and Execute, el juego exige ponerse de acuerdo con tu compañero y, aunque esta posibilidad se puede dar a través de Xbox Live, sin duda alguna es más divertida con alguien a tu lado.
Los controles son bastante responsivos a la hora de esconderse, saltar obstáculos y apuntar, aunque la versión que jugamos tenía algunos problemas de frame-rate. Se nota un gran trabajo en el apartado grafico y en las animaciones de nuestros protagonistas.
Pero, definitivamente, lo mejor son las acciones que requieren la cooperación de los dos personajes, pues para interrogar a los malosos, puede que uno se encargue de golpearlos, mientras el otro le saque la información. La dinámica policía malo-policía bueno, nunca se había visto tan bien implementada en un videojuego.
A pesar de ser una divertida experiencia, se extraña la modalidad de espías contra mercenarios, que requería todavía más estrategia y permitía la participación de más personas en los equipos. En fin, esperemos que cuando el juego llegue a las tiendas nos permita vivir las intensas aventuras de este par y descubrir si los mapas son tan extensos como nos han venido diciendo.