Niubie Labs

Hydrophobia [NB Labs]

Salva al mundo, mátate.

Hydrophobia salió en su “forma original” hace ya un buen rato en Xbox Live. Desde que se empezó a mostrar el juego, llamó la atención principalmente por la representación físical y visual del agua, que tendría una injerencia importante en el corazón jugable del juego de Dark Energy Digital.

Lamentablemente para el estudio las cosas no salieron tan bien a la primera, porque el juego recibió críticas negativas de parte de la prensa y de los propios usuarios, e incluso se dió pie a algunas acusaciones cruzadas (“claramente algunos editores no jugaron lo suficiente al juego”, diría públicamente alguien de DED). Pero gracias a las bondades de la distribución digital, el equipo detrás de Hydrophobia se puso manos a la obra, hizo buen uso del feedback recibido y lanzó un parche que modifica varios aspectos del juego original.

Primero que nada, aclarar que yo no jugué la primera versión de Hydrophobia; por lo mismo, dejo de lado las comparaciones entre una versión y otra, y este Labs se centra específicamente en lo que ofrece el juego a día de hoy. Hydrophobia es una aventura de acción en tercera persona, en donde la heroína es una Ingeniero de Sistemas de un barco gigante hecho a la medida de los ricos y famosos y que por razones que no quedan del todo claras el agua se le empieza a colar como si fuera el Titanic.

Argumentalmente hay una trasfondo semifuturista-apocalíptico que da algunas luces de estar bien pensado, pero como en muchos otros juegos, mientras el jugador avanza apenas se entera de nada. La poca profundidad que hay se va diluyendo (nunca mejor dicho) a medida que se avanza, y bien adentro en el juego ya uno derechamente se olvida de los por que.

Hydrophobia se controla como el típico shooter con cámara por encima del hombro. Las quejas más brutales sobre el juego estuvieron enfocadas principalmente en el control, pero actualmente hay poco por lo que reclamar. Hay un sistema de coberturas que si bien no está tan refinado como los insignes del género, es funcional, aunque siempre tuve la sensación que en un título de mayor peso en cuanto a balas y balaceras habría creado más de un problema (este no es el caso). Y además está la utilización de algunos gadgets tecnológicos para ir descifrando algunos códigos ocultos, o para hackear el sistema de cámaras del barco entre otras acciones. Lejos de ser novedosos, sí aportan algo de variedad al desarrollo de la historia.

Donde no hay queja alguna es en la representación del agua. Ante todo, ver el agua de Hydrophobia es creíble, y su interacción con el entorno es como uno esperaría que fuera. Se pueden generar olas y aprovecharlas contra los enemigos, ya sea para dificultarles el movimiento o derechamente para ahogarlos. Por otro lado, algunas secciones dependen del nivel del agua en determinado momento, y hay que ir drenando o llenando habitaciones con agua según se necesite.

No todo es disparar o jugar al hacker en Hydrophobia. Aunque la protagonista tenga que ver con computadores y sistemas, tiene las habilidades suficientes para superar algunas partes de plataformas que no son pocas y que a veces requieren algo de precisión en los movimientos. De nuevo lo mismo: dichas secciones no son la panacea jugable, pero funcionan sin más, y dentro de la atmósfera del juego sirven para mantener el ritmo semi agobiante que se da durante prácticamente todo el juego.

Otro de los problemas fundamentales que Dark Energy Digital atacó en esta segunda versión fue la cámara. Y como la gran mayoría de los juegos en tercera persona (que lo diga Warren Spector), hay algunos problemas que aparecen generalmente al acercarse a algunas paredes. Quizás lo más grave respecto a esto pasa cuando vamos nadando, o en los tiroteos acuáticos donde los movimientos son radicalmente diferentes. En cualquier caso, no son situaciones frustrantes ni mucho menos, y yo mismo jamás me quedé atascado en ningún sitio imposible de pasar por culpa del tándem cámara/control.

Visualmente el juego destaca por lo bien logrado de su ambientación y por la iluminación, que junto a las físicas del agua es una de las bondades del motor. El Reina del Mundo es un barco gigante que bien podría pasar por una ciudad, y hay una estética muy Bioshock por aquí y por allá; además, toda la estructura está en constante movimiento, y ese movimiento se ve reflejado en las acciones de la protagonista o en los crujidos del mismo barco.

Hay un solo aspecto del juego que para mi terminó siendo absolutamente inentendible. Ya mencioné que el argumento es de todo menos claro: la primeras escenas de juego sugieren que Kate sufre de hidrofobia, y aún así trabaja dentro de un barco y a la hora de los problemas no se inmuta para nadar distancias gigantes, o romper un vidrio e inundar un pasillo. Lo mismo, los protagonistas secundarios tienen prácticamente cero injerencia en la historia; sea el amigo que acompaña via comunicación por radio en toda la aventura, mencionando los objetivos o dando tips para ir avanzando, o el jefe arrogante que en cierta misión, al no poder rescatarlo, se rescató solo y se quedó reclamando que solo el podía hacer las cosas bien… y listo, nada que hacer. De vuelta al último checkpoint. Por último, el “giro argumental” del final es de todo menos sorpresivo, y es que si no se conoce el trasfondo de el o los personajes, es difícil sorprender a nadie.

El juego lo terminé en una tarde, en dos sesiones de par de horas cada una. No es un título largo, y como la gran mayoría de los arcades, ronda las 5 horas de duración. Pero Hydrophobia me ganó simplemente porque, sin ser brillante, es lo suficientemente bueno para enganchar a la primera. Encima, hay pocos momentos de tranquilidad durante toda la aventura, el juego va recompensando con puntaje las formas -creativas siempre es mejor- de ir eliminando enemigos y los diferentes objetivos llegan siempre uno tras otro. Sin contar algunos puzzles que resolver que sirven como refresco para la acción.

Quizás porque mis expectativas eran demasiado bajas, Hydrophobia me pareció un juego más que decente. Su linealidad no es un problema, menos su control, y las mecánicas básicas parecen estar bien trabajadas. Lo que si queda al debe es la parte narrativa del asunto (finales intempestivos hay muchos, pero este es para reir y llorar a la vez), aunque tampoco se le pueden pedir peras al olmo, tomando en cuenta su naturaleza de juego descargable. Por 800 Microsoft Points, lejos, muy lejos de sentirme estafado.

Por último, es necesario destacar la prueba de humildad a la que se somente el equipo de Dark Energy Digital para escuchar a sus clientes y arreglar el juego casi sin chistar. Es cierto que en el caso de los juegos por descarga digital es más fácil, pero no es una práctica común reparar errores de forma tan radical, sabiendo que las posibilidades están ahí. Y de seguro que Hydrophobia, hoy día, es el juego que siempre debió ser; un tropezón le pasa a cualquiera.

Lo imperdible:

  1. La recreación del agua en su totalidad.
  2. El diseño visual está por sobre la media de los juegos descargables.
  3. Ya sea disparando, resolviendo mini puzzles o saltando plataformas, todo funciona bien.

Lo impresentable:

  1. El guión, el final, los diálogos, los personajes secundarios…
  2. Que la primera versión comercial de Hydrophobia en realidad haya sido la beta.

Bueno …sin ser brillante, es lo suficientemente bueno para enganchar a la primera.”

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