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Section 8: Prejudice [NB Labs]

Un first person shooter descargable. Este sí que vale la pena.

Plataformas: Xbox 360 (analizada), PC, Playstation 3 (Q3 2011)
Desarrollador: TimeGate Studios
Distribuidor: TimeGate Studios
Precio: 15 dólares, 1200 Microsoft Points

Cuando un juego recibe criticas “dispares”, como el primer Section 8, justificar una secuela es complicado, y sobre todo si las ventas no fueron rompedoras. Hablando exclusivamente de shooters en primera persona, los parámetros anteriores pueden ser criminales para destinar a un juego al olvido, pero gracias a la distribución digital, juegos como este Section 8: Prejudice pueden salir a luz. Y hasta darse el lujo de competirle frente a frente a los que se venden en disco.

Prejudice es una secuela directa al primer Section 8, y que como buen juego del género divide su oferta en dos grandes apartados. El primero, es una campaña que dura unas 5 o 6 horas y que narra algunos hechos conflictivos en diferentes planetas lejanos, todo con un aire muy Halo (bien al límite de lo permitido, hay que decirlo), incluyendo armaduras y habilidades. Se hace algo difícil ir siguiendo los acontecimientos de la historia; principalmente, porque esta no destaca por su narrativa, y porque las diferentes situaciones se van presentando una tras otras sin mayor explicaciones sobre el trasfondo del conflicto, pero no es un problema grave ni mucho menos.

Afortunadamente, el gameplay es lo suficientemente robusto como para suplir las carencias argumentales. El traje tiene un par de habilidades especiales que si bien estan lejos de ser novedosas, su utilización le da una escala importante a la extensión de las mismas. Al correr por un par de segundos sin parar se activa la “Carrera”, que no es otra cosa que un sprint bastante rápido y que en varia ocasiones puede servir para escapar de fuego enemigo. Y también está el ya infaltable jetpack, para moverse verticalmente y utilizar de buena forma las estructuras que adornan todos los niveles (y obviamente, para poner los pies en polvorosa cuando no queda otra opción).

Hay también un sistema de clases, con el que se puede ir cambiando y gestionando el armamento a través de unas “estaciones” repartidas por los diferentes niveles. Dos opciones interesantes que mencionar: primero, a medida que se avanza por la campaña se van desbloqueando nuevas armas, y el hecho de poder irlas cambiando sin mucha interrupción en batalla hacen que el sistema sea bastante funcional. Y segundo, además de las armas y accesorios, se pueden ir asignando puntos de habilidad a ciertas características del soldado y que son independientes en cada clase. Por ejemplo, mejorar el escudo, o la velocidad de giro, o el retroceso de las armas, dependiendo de lo necesario en un momento en particular.

Para redondear lo respectivo a la campaña principal, es necesario mencionar el diseño de los niveles, que deja algunas sensaciones encontradas. Por una parte, sus extensiones son siempre bastante grandes, y las misiones cubren bastante terreno en cuanto a objetivos: a veces hay que ir derecho a atacar, otras veces defender una posición, y en otras menos, el escuadrón es apenas una pequeña parte de una guerra que se juega con naves y bombardeos y en las que hay que estar atento a lo que pasa arriba (y lo que cae). También hay unos cuantos vehículos disponibles, y quizás el único punto bajo es que si bien los mapas son grandes, los límites son “virtuales” en todo el sentido de la palabra, y salirse de esos límites es penalizado con un par de segundos para volver al lugar permitido o la muerte. Definitivamente, es algo que se pudo diseñar de otra forma, y una muralla, un arbol, o hasta una pared invisible queda mejor.

Los modos multijugador se basan principalmente en objetivos, y en dominar puntos de control: los que quieran un clon de Call of Duty aquí pueden esperar sentados. En Prejudice hay lugar para 32 jugadores en un mismo mapa divididos en 2 equipos y con lugar para bots, y los mapas son bien grandes y con un diseño interesante en cuanto a estrategia, aunque su extensión juega en contra en algunos momentos, sobre todo cuando no hay practicamente nadie jugando… algo que a este redactor le sucedió a menudo. El juego cuenta con servidores dedicados, y en mi caso particular, al jugar con otro amigo en Xbox Live Party siempre nos asignó al mismo server “US en Español”, y donde terminamos jugando 4 versus 4 en un mapas hechos para cuadruplicar ese número de jugadores. Obligados a rellenar con bots.

Fuera de ese detalle, dentro del multijugador hay varias opciones interesantes que destacar. El hecho de estar basado en objetivos, inhabilita automáticamente a los camperos y todos esos seres de dudosa calaña que abundan en otro tipo de juegos. Y no porque no puedan campear, sino simplemente porque matar más rivales no asegura la victoria. Dentro de una partida hay mini objetivos que se van generando de forma ¿aleatoria? (n. del r.: esto nunca me quedó muy claro), y que van recompensando con dinero, con lo que se pueden ir comprando vehículos (desde simples motos, pasando por mechas, tanques y hasta un convoy), o armamento para proteger una determinada porción del mapa. Y un detalle muy llamativo e interesante a la vez: la reaparición después de una muerte se hace desde el aire a lo Iron Man, pero uno puede elegir la ubicación en el mapa donde caer. Una selección precisa puede hacer maravillas, pero con una mala… es muy probable que el jugador ni siquiera alcance a tocar el suelo.

Quizás donde más se nota que el juego fue hecho con presupuesto limitado, es en su apartado audivisual. Las voces de los actores del doblaje parecen haber sido hechas casi a la rápida, las melodías son bastante simples, y a grandes rasgos es bastante genérico. En cuanto a gráficos, más de lo mismo: hay algunos efectos llamativos por ahí (como cuando se apunta la cámara al sol), pero el resto parece estar poco trabajado en cuanto a diseño artístico en general.

Lo bueno del caso es que se puede decir sin problemas que lo anterior es quizás el único punto débil del juego. Considerando el género en el que cae, lleno de clones y productos sin alma, Section 8: Prejudice tiene argumentos propios para destacarse del montón de shooters que salen hoy día, incluyendo los que llegan en versión física. El control está bien balanceado, el gunplay no está roto, y si bien no innova en practicamente ningún apartado, todo lo que hace lo hace bien.

Siempre y cada vez que salen juegos genéricos, todos en general nos apuramos en apuntarlos con el dedo y ponerles el adjetivo de caca. De la misma forma, hay que ser justos con juegos como este Prejudice y lamentar que pase algo desapercibido. Tiene por ahí algunas cositas flojas, pero ofrece una campaña más que solo decente, con bastante variedad en su desarrollo, y un multijugador que se queda lejos de ser apenas una copia aburrida de otros juegos. Al contrario, con su nombre se crea una tremenda ironía, asi que es un buen ejercicio dejar los prejuicios de lado. Los 15 dólares que cuesta son una ganga.

Lo imperdible:

  1. La campaña está bien desarrollada
  2. El gunplay y la jugabilidad son bien robustas y sin problemas graves
  3. Los modos multijugador, incluyendo servidores dedicados
  4. El respawn

Lo impresentable:

  1. Algo descuidado en lo audiovisual
  2. No permite seleccionar el servidor para jugar en línea, por lo que es fácil encontrarse con partidas vacías

Muy bueno …no innova en ningún apartado, pero todo lo que hace lo hace bien.»

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