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Toy Soldiers: Cold War [NB Labs]

La guerra es el infierno. Y los soldados son de plástico.

Plataforma: Xbox Live Arcade
Desarrollador: Signal Studios
Distribuidor: Xbox LIVE Arcade
Precio: 1.200 Microsoft Points

¿Pueden oler eso? Es el verano que se va. Bueno, por lo menos en el hemisferio norte, en el sur van saliendo del invierno y vaya que hizo frío. Con el fin de estas dos estaciones, llega el último título del Summer of Arcade y no termina nada mal, por adelantarles algo.

El encargado de terminar esta temporada de juegos de arcade para Xbox es Toy Soldiers: Cold War, secuela, claro, del juego original. Desde el nombre ustedes ya saben la primera diferencia: este título se desarrolla en la década de los 80, concretamente en la Guerra Fría. Pero no es exactamente el conflicto que se vivió en esa época, después de todo, son soldaditos de juguete.

Tomarás el papel de Estados Unidos en el modo de campaña. Vamos, aquellos que estén pensando en “oh, malditos gringos, no quiero jugar su juego” seguramente fueron los mismos que se molestaron en que el Capitán América usara los colores de la bandera estadounidense. Supérenlo, de eso se trata Toy Soldiers.

La guerra no toma guías del mundo real en ningún momento. De hecho, es más parecida a una película de la misma época, en donde había soldados imposibles que terminaban con batallones enteros. Hay varios modos de juego: la campaña regular, el modo de enfrentamiento (online o presencial), minijuegos y partidas vía Xbox Live.

En la campaña la premisa es destruir. Destruir, destruir y, si queda algo a medias, destruirlo. Es lo que te dará más puntos al final, por “agresión”. Tendrás que situar distintas estaciones de combate en ciertos puntos de tu mapa, que pueden ser metralletas, artillería, munición antitanque, batería antiaérea, gas. Cada oleada de enemigos será atacada por la estación más apta según sean infantería, helicópteros, tanques o submarinos. Solo puedes controlar una a la vez, pero el resto funciona en automático. Además, puedes hacerle actualizaciones a cada una para que sea más sencillo terminar con tus contrincantes, aunque eso te costará dinero (que puedes ir acumulando si les deshaces el mapa entre oleadas).

Una de las partes más divertidas es usar un extra que se te otorga cuando atinas a matar o destruir un vehículo en particular. Los extras son aleatorios, así que a veces obtendrás apoyo aéreo, un bombardero o el favorito de las multitudes, un “comando” que se ve y habla como Rambo, incluso suelta un par de frases características de las cintas. Cada una de estas ayudas tiene una duración limitada.

El título mantiene un humor muy poco políticamente correcto. Es decir, piensen en la época actual en la que todo se dice con el mayor cuidado posible, refiriéndose a la nacionalidad de alguna persona y luego recuerden los ochenta.

Conforme vas avanzando, los escenarios van cambiando para ver monumentos característicos de diversos países. Hay un momento en el que hasta el Monte Rushmore, ese en el que tallaron las cabezas de varios presidentes, hace su aparición. Y no te frenes: también puedes destruirlo usando tus armas. Además de los extras y las estaciones de batalla regulares, tendrás a tu disposición tanques, helicópteros y cazas, dependiendo del escenario. Sin embargo, tienes que cuidar dos cosas: la primera, que no te destruyan y la segunda, que no te quedes sin baterías, que podrás recargar en varios puntos del mapa. Los vehículos a tu disposición se “reinician” una vez que los destruyen o se quedan sin energía.

En cada parte de la campaña, tendrás retos a cumplir que te valdrán insignias y logros. Tu puntuación y condecoraciones se podrán comparar en todo momento con quienes posean el juego en tu lista de amigos.

Por otro lado, los minijuegos son eso, minis. Quiero decir que en ocasiones te servirán más para practicar tu puntería y control con ciertas armas que para otra cosa.

En general, el juego es bastante bueno, divertido y descerebrado. Es decir, sí hay un elemento de estrategia, pero si algo sale mal, puedes regresar en el tiempo hasta la última vez que el juego fue guardado, incluso hay un logro por ello. Pero para algunos, después del tercer escenario se les empezará a hacer un poco repetitivo y cansado, por el número de oleadas que empiezan a aparecer.

Toy Soldiers: Cold War es el último juego del Summer of Arcade. El veredicto: a algunos les va a doler pagar los 1.200 MP que se piden por él, pero quienes quieran tener una tarde con un juego en el que se le puede disparar casi absolutamente a todo y destrozar el escenario, no lo pensarán dos veces.

Lo imperdible:

  1. Disparar, disparar, disparar. Y destruir.
  2. Gran variedad de modos de juego.
  3. Humor políticamente incorrecto en donde los malos son los chinos, los rusos, los que sean.

Lo impresentable

  1. Puede llegar a ser repetitivo
  2. El precio puede desalentar a quien no sea fan del primer juego

¿Qué significa esto?

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