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Pro Evolution Soccer 2012 [NB Labs]

El fútbol, según Konami.

Plataformas: Playstation 3 (analizada), Xbox 360, PC
Desarrollador: Konami
Distribuidor: Konami 

Hay cosas que son tan obvias, que lo mejor para este Labs es darle un repaso rápido y contundente. Puestos PES 2011 y Pro Evolution 2012 en el mismo televisor y en la misma consola (Playstation 3), se puede ver que el acabado audiovisual es prácticamente el mismo. Desde lejos, las variaciones entre un juego y otro en el apartado visual son mínimas, con un par de retoques por aquí y por allá y poco más. Esto no es malo ni mucho menos, sino que sirve para poner en contexto la continuidad que existe entre un juego y otro (y aquí también se puede meter perfectamente a la serie de EA Sports), continuidad que a estas alturas de la generación dificilmente vaya a romperse. En otras palabras, Pro Evolution Soccer 2012 se ve tan bien como cualquiera podría esperar.

Como todos los años, Konami se esfuerza por revisar la jugabilidad y aspectos de ella que siempre van a ser mejorables. Este año los cambios son varios, aunque ninguno exageradamente radical como para romper brutalmente con la tónica de lo que ha sido PES durante esta generación. El control sin balón es un buen agregado, aunque en la percepción de este servidor, la novedad más interesante -y sobre todo notoria a nivel del desarrollo de los partidos- son las rutinas aplicadas por la Inteligencia Artificial en ciertas situaciones de juego.

En Pro Evolution Soccer 2012 los equipos controlados por la CPU parecen leer mucho mejor los partidos en general. Como en el futbol real, esto no siempre significa éxito, ya que a veces tapar un hoyo significa abrir un forado en otro, algo que el que entiende al menos un poco del funcionamiento del deporte más hermoso del mundo puede valorar bastante. Por ahí en uno de mis tantos partidos, la IA se dió cuenta que debía tapar a Robben porque su sector defensivo izquierdo estaba siendo un coladero; acto seguido, por derecha se me hizo muy difícil entrar, ya que la tendencia de la defensa era agruparse hacia ese lado, o reventar la pelota sin asco hacia el sector contrario.

En todo caso, la resolución de ese partido fue fácil: metí un carrilero por la izquierda para aprovechar los espacios y pan comido. Por si no quedó claro, que ese partido en particular haya terminado en goleada no habla mal de la CPU y su IA, sino al contrario: simplemente, esta reaccionó de forma lógica a una situación, pero descuidó otra. Y en general ese tipo de reacciones se dieron siempre, con equipos defendiéndose en exceso cuando el resultado era favorable (empates de visita incluídos). Normalmente quedé con la sensación de que meter un equipo contra su propio arco hacia el final de los partidos era mucho más fácil que cuando la CPU se veía en desventaja y empezaba a martillar y martillar, metiendo pelotazos o buscando espacios; también gané partidos de milagro, perdí otros en los que un mísero contragolpe fue letal. A grandes rasgos, lo que quiero dejar en claro es que hay muchas sensaciones del deporte que están bien representadas por la IA y por el juego en general: búsqueda de espacios, agrupación defensiva, rotación de balón, todo. Incluso en dificultades más bajas, los rivales nunca se comportan como estúpidos, sino que mantienen un estilo de juego consistente a pesar de que sea más facil regatear o llevárselos en velocidad.

Inevitablemente, no todo en Pro Evolution Soccer 2012 está al mismo nivel. Y si la IA destaca, hay muchos otros aspectos de jugabilidad neta que a estas alturas son simplemente impresentables. Uno de ellos, es el tema de las animaciones y la fluidez del juego en general. Los jugadores, más que nunca, parecen patinar sobre la cancha, y las transiciones entre diferentes movimientos a veces son decentes, otras veces inexistentes. ¿Un ejemplo? Caminar lento en realidad no es caminar lento, sino que la misma animación de correr… cortada a la mitad.

No es una exageración ni mucho menos: asi “trotan” realmente los jugadores. Los porteros son la excepción a la regla, y parecen ser los únicos que se mueven como realmente uno esperaría. Hay nuevas animaciones para los achiques, para los tiros de distancia, y hasta para algunas reacciones después de que la pelota ya entró al arco, que en general hacen que su comportamiento sea bastante creíble. Y no son máquinas de atajar y atajar, sino que también fallan, quizás no de formas estrepitosas, pero a veces queda esa sensación de que el guardameta pudo haber reaccionado mejor, o haber hecho un esfuerzo extra.

Una buena por dos malas: la pelota sigue teniendo ese efecto látigo, en el que parece que va pegada al zapato con un elástico. Es difícil hacer un toque muy largo o controlarla mal (a menos que las estadísticas del jugador sean muy bajas), y da la impresión de que para robar la pelota simplemente hay que estar ahí y atravesarse en el camino del que la lleva. De la misma forma, el comportamiento del balón se puede definir en una palabra: extraño. A veces parece que fuera un balón de playa, otras veces parece una piedra. La barra de potencia tiene valores algo diferentes a la edición del año pasado, pero en general nunca sentí tener un control real de la situación, y no por causa de la curva de aprendizaje. Después de 20 o más partidos, a pesar de ya tener bien dominada la sensibilidad en general, la aleatoriedad era demasiado exagerada en algunos casos, y como resultado, el ritmo juego pocas veces se hace realmente fluído.

Algo que sigue siendo inentendible en la serie de Konami es que se agregan opciones que se supone son una mejora (como el control en 360°), pero no se incentiva ir hacia allá y dejar de lado lo antiguo desde el momento en que siempre se puede seguir controlando el juego con el pad direccional. El problema de esto no es el uso de la cruceta de 8 direcciones, sino que prácticamente no hay diferencia alguna entre jugar con stick o jugar con pad, cuando por norma la diferencia debería ser abismal. O por dar un ejemplo más actual, la inclusión del “control sin balón” que se da al presionar R3 (muy similar a lo que FIFA implementó hace unos cuantos años) es interesante, porque agrega nuevas variantes tácticas a los partidos. Pero por las características del juego, pasa totalmente inadvertida. Si se hace la vista gorda a esta nueva opción, el juego no va a cambiar en lo más mínimo: se puede jugar, ganar partidos y hasta copas perfectamente. ¿Por qué no se promociona e incentiva su uso hasta el cansancio, de forma que realmente se logre plasmar dentro del juego como un agregado trascendental o vital? Eso solo lo saben en el PES Team.

En cualquier caso, los nuevos desmarques funcionan bien. Hay dos formas de ejecutarlos (manual y automático), y si bien de primera pueden ser algo engorrosos, sobre todo en manual, al final es solo cuestión de costumbre. Lo que sí me da la impresión es que, a pesar de que eran algo casi necesario a estas alturas, su manejo todavía se puede simplificar más. ¿Tal vez implementar algo similar a lo de FIFA? En mi opinión, copiar algo que está bien no es malo ni mucho menos.

Las licencias en esta nueva versión se mantienen casi intactas. La Champions League y la Copa Libertadores aparecen nuevamente en gloria y majestad, aunque por razones de calendario en el caso de la CLA los equipos siempre se van a tener las plantillas desactualizadas a la fecha de salida del juego. Lo que no es entendible que algunos equipos europeos no tengan su plantel al día, y menos aún cuando todavía no se lanza (a la fecha de escribir esto) el parche para corregirlo. No es necesario esperar hasta mediados de Octubre para meter a Fabregas en el Barcelona, aunque tampoco es de extrañar el retraso: pasa siempre. Lo que no minimiza el error.

Hablando de los modos de juego, la clásica Liga Master ahora se engloba dentro del modo Football Life, e igual que siempre, uno las hace de entrenador, director deportivo, y presidente de un equipo. No hay cambios demasiado gravitantes aquí, más que algunas cosas meramente estéticas; la base es la de siempre, como pequeños ajustes que no deberían ni desencajar a los que vienen jugando Liga Master desde hace años, ni tampoco asustar a los que se meten en el tema por primera vez. De la misma forma, los cambios visuales aplicados a menús y a la organización en general de la información sigue la misma línea de años anteriores, aunque en mi caso particular encontré que algunos agregados a la parte de gestión del equipo simplemente sobran. Más allá de los cambios, continuidad sería el concepto que mejor define este apartado.

Pro Evolution Soccer 2012 es un juego extraño. Los agregados -puramente jugables- de esta nueva edición están bien, pero lamentablemente, son apenas unos adornos acoplados a una estructura añeja y desfasada. De otra forma, no se explica que, aún con las bondades de un stick análogo, la precisión o la colocación de los tiros sea mitad controlable y mitad al azar, y que dé exactamente lo mismo hacerlo con el stick análogo o con el pad direccional. Tampoco se explica que hayan muchos detalles de juego que tengan demasiado tufillo al PES generación Playstation 2, y aún así esos juegos estén varios escalones por encima en cuanto a ritmo, fluidez, y hasta en las mismas animaciones.

Para ejemplificar esto último, instalé Pro Evolution Soccer 6 en el PC, solo para establecer un parámetro. Y parece increíble que ese juego, que data de hace cinco años, sea definitivamente mucho mejor en cuanto a jugabilidad en general. No, no tiene control en 360°, no tiene desmarques, y definitivamente se ve mucho peor. Pero tiene algo que al PES Team se le perdió hace tiempo y todavía no logran recuperar: da en el clavo como juego de futbol.

Lamentablemente, Konami parece no saber que hacer con la serie Pro Evolution Soccer. Por un lado, tratan de hacer un simulador de futbol, pero falla estrepitosamente en cuanto a simulación. Por otro, tratan de hacer un arcade de futbol y se queda a medias (eso si, la sensación de llevar a la Unión Española a la final de la CLA no se logra en ningún otro juego), porque hay cosas que necesitan revisarse, reinventarse, y adaptarse a los tiempos que corren para recapturar el espíritu de los PES de antaño. Esos juegos nunca pretendieron ser la simulación por excelencia del deporte rey, pero sí eran títulos exquisitos en cuanto a su jugabilidad.

Por ahora, Pro Evolution Soccer 2012 se queda a medias. Es el mejor de todos los PES salidos en esta generación, pero igualmente está más enfocado en mantener contentos a los fanáticos de la franquicia (y que cada vez son menos), que en realmente ser un juego que le haga justicia a su tremendo nombre. Y si un título de hace 5 años barre con otro más nuevo en todos y cada uno de sus apartados (excepto en el visual), el problema no es menor. No es por hacer una comparativa injusta ni mucho menos, porque PES no la necesita: simplemente, cuando sus propios responsables reconocen tener muchas complicaciones para estar a la altura, poco más se puede agregar. Pro Evolution Soccer 2012 es un juego muy mejorable, tal vez demasiado.

 

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