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Need for Speed: The Run [NB Labs]

El estudio Black Box vuelve a la pista de la franquicia, pero en esta oportunidad se sale por poco del camino.

Plataformas: PlayStation 3 (analizada), Xbox 360, Nintendo Wii, PC
Desarrollador: EA Black Box
Distribuidor: Electronic Arts

Sacando provecho al recién estrenado motor de juego Frostbite 2, que tuvimos oportunidad de ver en acción con Battlefield 3, Electronic Arts nos trae una nueva entrega de Need for Speed, The Run.

El primer modo que se nos presenta es el de “travesía” en el que tomamos el papel de Jack Rourke, un sujeto que está a punto de ser hecho pedazos en una trituradora de automóviles con todo y un flamante Porsche 911 rojo, a cuyo volante despierta atado.

Desde ese primer instante y sin saber mucho acerca de lo que está sucediendo tenemos una prueba de una de las novedades, tener que apretar botones en la secuencia que se nos indica en pantalla para al estilo Heavy Rain o God of War lograr acciones, que en este caso son zafarse y romper el parabrisas, o sea que hay momentos en los que no manejan, aunque no son muchos.

Jack es un arrogante tipo a cuya cabeza le ha puesto precio la mafia, pero también es un extraordinario conductor, así que después de escapar a bordo de un Audi RS4 blanco recurre a una atractiva chica pelirroja llamada Sam Harper, a quien en inglés da voz la actriz Christina Hendricks (Mad Men).

Sam les propone correr una carrera clandestina como ningún otra a lo ancho de Estados Unidos, desde San Francisco hasta Nueva York, más de 3,000 millas de camino contra 300 competidores, eso sin contar patrullas, bloqueos policiales y mafiosos disparándoles. Si ganan obtienen 10 porciento del premio de 25 millones de dólares y se libran de los matones, por lo que correr se vuelve su única alternativa.

Ya sobre el asfalto, lo primero que impresiona son las texturas, los efectos de partículas y los destellos de la iluminación, que nos recuerdan justo a Battlefield 3, mientras que en cuanto a jugabilidad las cosas son muy intuitivas, siendo el camino solamente uno, a pesar de tener uno que otro atajo útil para rebasar. Si nos salimos de la ruta o el auto queda inservible se reinicia desde el último punto control, aunque el número de oportunidades es limitado y a veces los tiempos de carga le quitan lo dinámico a la carrera.

Los escenarios varían de acuerdo al clima de cada lugar. En el recorrido se incluyen referencias geográficas reales lo que hace que por momentos nos perdamos en la belleza de las locaciones y deseemos correr solamente para apreciar la majestuosidad de los entornos.

Deben acelerar, frenar, barrerse, aplicar freno de mano ocasionalmente y administrar la carga de nitro para ir más rápido cuando lo requieran. El camino se divide en 9 etapas cada una comprendiendo diferentes tipos de retos, uno es rebasar a cierto número de autos, otro vencer a competidores en especial, mientras que otro implica llegar a puntos control antes de que se agote el tiempo, de forma muy similar a Outrun.

Los vehículos sufren daño físico asombrosamente realista acorde a los impactos, pero ello no afecta su rendimiento si continúan corriendo y cuando hay un choque espectacular, este se nos presenta en cámara lenta, lo que nos hace extrañar en muchos momentos la serie de Burnout y el entorno abierto de Paradise City. De cualquier forma, aunque las carreras de The Run son muy simplistas, no resultan menos emocionantes.

Hay Automóviles de 21 fabricantes que podrán conseguir conforme adquieran experiencia y posteriormente usar en retos adicionales y las carreras en línea que sin lugar a dudas son la parte más satisfactoria del juego, ya que además de retener la emoción de la “travesía” con ambientes y música presentan un nivel de dificultad mayor al competir contra hasta 7 personas.

La edición limitada incluye un código de descarga que además de retos adicionales para el modo de desafíos, les da el Lamborghini Aventador, el Porsche 911 Carrera S y el Camaro ZL1 para complementar su colección a elegir de entre 140 distintos modelos, algunos sólo son con otro decorado, pero pueden encontrar desde un Zonda hasta un Aston Martin o desde un Golf GTI hasta un McLaren F1. Si no tienen tiempo y les sobra dinero, por 1.99 dólares pueden comprar un carro, o bien, por 9.99 dólares conseguir el Time Saver pack que les desbloquea todos.

Elijan sabiamente el vehículo que usarán o cámbienlo en estaciones de gasolina en el camino, porque de acuerdo al terreno, las prestaciones son distintas, siendo recomendables los de alta potencia para carreteras, los exóticos para pistas más técnicas y los deportivos para las ciudades. Pero no lo tomen tan en serio, la física es semi-realista, en equilibrio entre la simulación y la arcadia, aunque más cargado hacia la segunda, por ejemplo, la aceleración es cosa de fantasía y las carreras parecen ocurrir a unos 300 Kms. por hora en situaciones donde sería imposible tal velocidad.

Need for Speed: The Run integra una especie de red social propia llamada Autolog, con un sistema de calificaciones en el que no sólo podrán coordinar carreras o comparar estadísticas con sus amigos, sino que también permite compartir fotografías que pueden tomar de sus autos compitiendo y aplicarles 10 filtros de imagen distintos.

Al igual que otros títulos que han salido últimamente, The Run requiere de una clave para jugarse en línea. Esta viene incluida con el juego nuevo, aunque si lo rentan, quieren jugarlo en otra consola o se los prestan y realmente quieren experimentar la mejor parte de este Need for Speed, tendrán que desembolsar 10 dólares más.

Y por si a alguien le preocupaba, en español se incluye doblaje por el actor mexicano Julio Bracho.

Lo imperdible:

– La mezcla entre arcadia y simulación está más balanceada que nunca.
– El modo multijugador es lo fuerte gracias al sistema Autolog.
– Christina Hendricks, guapa entre las guapas.

Lo impresentable: 

– El tiempo del modo campaña o “travesía” es poco más de 2 Hrs.
– El daño físico no afecta al rendimiento de los vehículos.

¿Qué significa esto?

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