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Uncharted 3: Drake’s Deception [NB Labs]

Nathan Drake y su búsqueda de la Atlántida de las Arenas.

Plataforma: PlayStation 3
Desarrollador: Naughty Dog
Distribuidor: Sony Computer Entertainment 

Diversión al estilo Hollywood. No se me ocurre otra forma de definir Uncharted 3, o más bien, las intenciones de Naughty Dog para con la tercera parte de las aventuras de Nathan Drake. Sin perder un ápice de sus señas de identidad, esas que para lo bueno y para lo no tanto ya son marca de la casa y definen a la franquicia, tanto en valores de producción como en el aspecto jugable.

Lo cierto es que Uncharted 3 no altera su fórmula, ni tampoco pretende cambiar sus bases y renovarse. Simplemente, exprime al máximo lo que ya está más que probado, quizás modificando algunas cantidades; ahora definitivamente la proporción entre disparos, puzzles y plataformeo parece haberse igualado, especialmente entre las dos primeras. De muestra, un botón: pasan varios capítulos antes de que Nathan Drake empuñe una pistola como corresponde. Antes, todo se puede resumir en algo de exploración, combate cuerpo a cuerpo, y unas cuantas persecuciones.

Hay algunas nuevas mecánicas muy puntuales, como por ejemplo el combate cuerpo a cuerpo. Bebiendo directamente de las nuevas aventuras de Batman, ahora Drake se puede enfrentar a varios enemigos solo con sus puños, aunque dichas secuencias están lejos de estar tan coreografiadas como las del hombre murciélago. Eso sí, no son vanas ni mucho menos, ya que le aportan variedad al conjunto y en determinadas secciones son básicamente la única forma de ataque o defensa. Como en la mayoría de sus mecánicas, la virtud está en integrar de forma orgánica elementos ya conocidos, y esto sus creadores saben hacerlo de manera perfecta.

Hablando de perfección en la ejecución, lo de Naughty Dog es digno de estudio. Cada secuencia en Uncharted 3, cada plano de cámara y hasta cada zoom está planeado para que se muestre exactamente lo que ellos pretenden que el jugador vea. Fuera de las lógicas secuencias donde la cámara es libre, el juego es una perfecta fotografía del sempiterno cine de matiné, donde lo que manda es la espectacularidad y la diversión junto a un paquete de cabritas. Ya sea para el jugador, el que interactúa con los controles, o el que simplemente se sienta a ver como otro juega, el ejercicio termina siendo el mismo.

Viéndolo desde el lado positivo, no hay nada malo en esto; al contrario, pocos lo pueden hacer al nivel de Naughty Dog. Por contrapartida, en esto asoma uno de los pequeños pero importantes detalles que a algunas personas (y en esto me incluyo) podrían impedirles disfrutar el juego como corresponde. Y es que para que la ejecución se muestre en todo su esplendor, hay que fusionar las partes jugables con las cinemáticas, lo que inevitablemente necesita limitar las libertades del jugador y establecer una línea por donde moverse. En el caso de Uncharted 3, por muchos momentos esa línea es demasiado delgada, y en lo que es peor aún, no está camuflada de forma magistral como en Uncharted 2.

Y es que el exceso de linealidad es el precio a pagar en pos de la espectacularidad. Las escenas de acción, en general, están siempre guiadas y cohartan demasiadas posibilidades de juego, como en cierta persecución donde a pesar de tener varias posibilidades de movimiento de escape, hay que utilizar la que viene determinada por defecto; desviarse apenas un par de metros significa morir. No hay nada malo en utilizar este recurso alguna vez, pero cuando cada dos por tres se repite el mismo esquema de movimientos hiper guiados empieza a sentirse algo de desgaste.

Lo mismo para los tiroteos y la inteligencia artificial de los enemigos. En el afán de prepararle el escenario de batalla al jugador, se dejan ver algunas inconsistencias que a la tercera, cuarta, o quinta vez que se repiten, uno va quedando con un sabor de boca algo extraño. Enemigos que parecen detectar a Drake con visión térmica, eliminaciones sigilosas que a fin de cuentas alertan a medio mundo, o peor aún, aparición de enemigos por oleadas y en secciones donde según el guión no debería haber nada. De nuevo, se entiende que esta es la forma de maximizar la espectacularidad de Uncharted 3, pero siendo el juego que es, se podría esperar una mayor pulcritud frente a esto.

Por otro lado, el desarrollo y el tratamiento del guión en general tienden a profundizar algo más -no mucho- en los personajes principales y su trasfondo. Se revela de forma magistral el inicio de la relación entre Drake y Sully, algunos aspectos de la ídem se tratan de forma diferente e incluso se insinúan otras situaciones pero sin dar mucho detalle; todo con el fin de que sea uno, como jugador, el que ate los cabos sueltos. Hay una curva ascendente en cuanto a narrativa, que si bien durante la segunda mitad del juego se estanca, queda ahí arriba y hacia el final de desenrolla la madeja bastante bien, guiños a La Última Cruzada incluídos. Lo mismo con los puzzles, que ahora son bastantes más y brillan por su variedad. Es una pena que por necesidades del guión hacia el final del juego estos desaparezcan, porque hay algunos muy ingeniosos y que derechamente son los mejores de toda la saga.

El punto más delicado de Uncharted 3, en su modo campaña, es el problema de la respuesta de control. Hay un punto muerto al mover la mira que se siente algo excesivo, y sumado al retardo en la latencia del control, hace que el manejo del apuntado en general sea pesado y complejo de forma sintética, independiente de la habilidad del jugador. En Naughty Dog están al tanto del problema, al punto de que preparan un parche que a día de hoy todavía no se lanza y que promete corregir el sistema de apuntado; lo curioso es que este problema afecta solo al modo de campaña, ya que en el multijugador no hay problema alguno y la respuesta del control es tan precisa como uno esperaría.

Hablando del multijugador, la sensación que dicho apartado le deja a este servidor es completamente satisfactoria. Sin temor a exagerar, me atrevo a decir que Uncharted 3 es actualmente el referente para los juegos en tercera persona. No, no tiene la profundidad en el gunplay de Gears of War 3, pero a cambio ofrece un diseño de mapas impecable, con mucha verticalidad y con bastante variedad a la hora de encarar la acción, y de la personalización en general. Ya sea en el aspecto visual de los personajes, como para las mejoras de las armas y el combate en general; si bien es el mismo esquema de clases que se utiliza en muchos juegos a día de hoy, aquí se integra de forma perfecta. Quienes disfrutaron el multijugador de Uncharted 2 seguramente tengan poco y nada que objetar en esta tercera parte, que ofrece mayor libertad y permite desarrollar ciertas habilidades con el control que en el modo de campaña definitivamente se sienten limitadas.

Uncharted 3 está pensado de una forma, diseñado siguiendo esa línea, y ejecutado de manera que nunca jamás se pierde el foco de lo que Naughty Dog quiere que el jugador vea y sienta. La linealidad no es un pecado -¿qué juego no es lineal a día de hoy?-, y menos cuando dicha fórmula resultó ser tremendamente exitosa en Uncharted 2, al punto de que a día de hoy la segunda aventura de Drake resulta una sombra demasiado grande para todos los juegos que apuesten por este tipo de experiencias cinematográficas… y eso incluye a este Uncharted 3. Que no se malinterprete: Drake’s Deception es un juego muy bueno, pero el uso de ciertos trucos y técnicas en pos de la espectacularidad simplemente ya no resultan tan prolijos y refinados. Hay secciones impresionantes desde el punto de vista del montaje -mención especial al capítulo del avión-, y donde la tecnología se pone al servicio de escenas que difícilmente se podrán replicar con la misma maestría en otros títulos. Pero de la misma forma, se hace difícil ceñirse a la parte estrictamente jugable, donde las concesiones que se hacen por momentos parecen ser demasiadas.

La nueva aventura de Drake con toda seguridad va a ser el deleite de los fanáticos de la saga, y de los que disfruten este tipo de experiencias que apuestan por emborronar la línea que separa al cine de los videojuegos. Pero hay que ser justos, y así como el apartado audiovisual, el guión o el multijugador son de aplaudir, hay algunas cosas en su núcleo que serían interesantes de debatir con mayor dedicación. ¿Hasta qué punto es saludable pasar por alto o no alzar la voz frente a algunas taras jugables? No cabe duda que en Naughty Dog saben lo que hacen y aplican el manual a la perfección, y tampoco se trata de pedirle a Uncharted 3 que sea lo que no es; simplemente, la forma de esconder el camino prefijado se hace por momentos demasiado evidente, tanto así que hacia el final el desgaste es inevitable. Lo que en sus primeras entregas era una fórmula novedosa (Drake’s Fortune) y luego ejecutada de forma magistral (Among Thieves), en la tercera parte ni lo uno ni lo otro. Sigue teniendo la calidad de siempre y eso es imposible de negar, pero cuando el truco se repite por segunda vez y con menos pulcritud, el abuso de los recursos y las limitaciones puramente jugables quedan obligatoriamente más expuestos que antes.

Lo imperdible:

– Audiovisualmente es espectacular, lo mejor que hay en las consolas.
– El modo multijugador está en el podio de los juegos de tercera persona.
– Balancea de mejor forma las secciones de disparos, plataformas y puzzles, ahora con un guión bastante interesante.

Lo impresentable:

– El input lag y el sistema de apuntado en el modo de campaña.
– Lo extremadamente guiado de algunas secciones, que a la postre terminan por cansar.

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