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El futuro de los juegos en los teléfonos móviles [NB Opinión]

Teléfonos de cuatro núcleos, gráficas impresionantes y juegos de un dólar ¿Será suficiente para convencer al jugador tradicional?

Debo admitir que en el dispositivo en que más juego estos días es el iPhone, igual lo uso de cámara o como reproductor de música. No porque sea un Apple fanboy, sino porque hay veces que pierdo tanto tiempo en la ciudad que necesito aprovechar esas horas muertas.

Los teléfonos móviles han evolucionado de manera impresionante en los últimos años, tanto que en el marco del Mobile World Congress de Barcelona ya se presentaron modelos con procesadores de cuatro núcleos que harían temblar a las consolas portátiles tradicionales. La App Store y el Android Market siguen a la alza, poblándose de miles de juegos cada semana.

Esto provoca que me cuestione si de verdad el futuro de los juegos portátiles está en estos dispositivos. Antes de entrar en discusiones de “juegos casuales caca” o “no tienen el mismo nivel que un juego de 3DS” hay que pensar que cumplen bien su cometido: entretienen en periodos cortos de tiempo, como esas horas muertas que pasamos atorados en el tráfico o haciendo trámites.

Los juegos para teléfonos móviles han impuesto un modelo de negocio que parece funcionar. En tiempos de crisis donde debemos ajustar el presupuesto hay gente que prefiere invertir USD $10 en 10 juegos, que USD $40 en uno solo. También hay quienes optan por los juegos gratuitos, no importando la publicidad o que en cada turno les bote una pantalla de “¡cómprame ahora!”

Para muchos desarrolladores indies o veteranos la plataforma de móviles es atractiva. Pueden explotar su creatividad y no tienen que lidiar con publishers que buscan sangrarlos a más no poder. De igual modo son dueños de su estudio, propiedad intelectual y dos terceras partes de los ingresos por la venta del juego van a su bolsillo.

A primera vista pareciera que es el mercado ideal, ¿por qué entonces no termina de convencer al gamer tradicional? Discutiendo con algunos amigos encontramos algunos factores:

  1. El catálogo de juegos no es atractivo. No hay juegos similares a Uncharted, Mario o Zelda en la App Store y aunque Gameloft es especialista en clonación, no es lo mismo. Algunas compañías como EA lanzan versiones de iPhone de sus franquicias, sin embargo son experiencias muy distintas a sus hermanos mayores.
  2. El sistema de control con pantalla táctil. Aquellos que están acostumbrados a las consolas portátiles encuentran molesto jugar con controles virtuales. Algunos desarrolladores hacen caso omiso y siguen presentando opciones de configuración que a veces consumen más de la mitad de la pantalla.
  3. El precio de los juegos puede ser atractivo, pero el de un smartphone es poco accesible. Un iPhone 4S sin contrato cuesta unos USD $650 y el resto de smartphones con buenas especificaciones ronda por ese precio. Si quieres que te salga barato tendrás que firmar una sentencia de dos años con tu carrier de elección. Aún así tendrás que pagar unos USD $200 por el teléfono en un plan que no consuma tu salario mensual.
  4. Pocos juegos sacan provecho del hardware ¿De qué sirve un procesador de cuatro nucleos si solo juegas Angry Birds o Bejeweled? Si bien hay juegos como Infinity Blade 2 que explotan el teléfono a todo lo que da, son pocos los títulos que siguen este camino. Algo que ha vuelto exitosas a las consolas es que cuentan con una configuración de hardware predefinida, así los desarrolladores no tienen que pelearse para saber si correrá bien o no.

Tal vez necesitamos esperar a que las grandes compañías lancen hardware dedicado y adopten un modelo de negocio similar al de los teléfonos móviles. Sony ya dio el primer paso con el Xperia Play, sin embargo la atención sigue puesta en Vita. Por alguna razón se me hace imposible imaginar un Nintenphone en un futuro cercano, menos después de las críticas que hicieron Iwata y Reggie a los juegos de un dólar.

¿Ustedes creen que esto ocurrirá pronto?

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