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NB Opinión: Por qué Mass Effect 3 no es el mejor de la franquicia

Lo que hizo bien y mal la subsidiaria de Electronic Arts con un cierre que parecía ser épico en el siguiente artículo in extenso.

Si tuviese que darle un puntaje a la creación de Bioware, sería 3 de 5 estrellas, uno menos que nuestro análisis conducido por Luis. ¿Porqué tan bajo para un tan esperado juego? Porque simplemente no es el mejor de la serie. Para eso mejor les cuento con detalle y resuelvo esa cara de sorpresa que seguro deben tener. Y ojo, que este artículo no es corto.

“Mi lugar favorito en la ciudadela”

Tengo que admitir que a Mass Effect lo vengo siguiendo desde el año 2007, cuando esas odiseas con el Mako eran interminables, y el combate estaba al borde de lo aceptable para ser un RPG en esencia. Sé muy bien de qué trata la franquicia, y en los puntos que ha mejorado. Por sobretodo, el gran paso que dio Mass Effect 2 mejorando en todo y ofreciendo efectos de decisiones pasadas y agregando otras más importantes – el sistema no era rebuscado pero la influencia era grande y se sentía así cuando conversabas con los personajes o querías explorar al máximo la galaxia.

Así parto mostrándoles todo lo bueno de Mass Effect 3. El juego parte diciéndonos que nuestras acciones en un principio ya afectan este comienzo. Desde ahí en adelante lo que hacemos en Mass Effect 3 es básicamente lo siguiente: solucionar los problemas que tienen todas las razas de la galaxia y ganarnos su apoyo para pelear contra los Segadores, además de armar la batalla final contra estos gigantes robots que vienen a cosechar a todas las especies. Hay cameos de compañeros anteriores, uno que otro problema, tragedia o sorpresa en el camino, buenas actuaciones vocales, sonido de calidad, y no hay nada que no se sienta épico, peligroso o importante si no es por la música de fondo. El apartado gráfico es atractivo en todo lo que no sean detalles, donde es normal ver una que otra textura fea o una expresión más rígida que un Geth cagado de la risa.

Esa consistencia que nos daba la saga es algo que ligeramente se va perdiendo en la tercera entrega.

Mass Effect 3 se siente familiar pero más descuidado en algunas partes. Por ejemplo, el escaneo de planetas ahora ha sido eliminado por un escáner a nivel de sistema, el cual alerta (ilógicamente?) a los Segadores cercanos, que te perseguirán hasta que salgas del dicho sistema o sales en un relé. Lo digo porque esto es un adorno; siempre escaneaba todo, recogía el 100% y si me faltaba algo, salía y entraba otra vez como si nada mientras gritaba “Me chupa un huevo tu BRRRUMMMMM!” a su vez que mostraba el dedo anular por la ventanilla.

Hay que admitir que el combate no es lo mejor del título, y si en Mass Effect 2 parecía que mejoraría con la tercera entrega, lamento decepcionarlos si aún no lo juegan. La Inteligencia Artificial de tus compañeros sufre uno que otro percance, y por ahí aparecen otros bugs molestos que incluyen: poderes que no se activan, tu escuadrón cruzándose en la línea de fuego o mostrándose listos para morir, o simplemente no obedeciendo tus órdenes. Para qué hablar del genial bug detrás de Joker, donde puedes quedar atrapado inmóvil sólo para solucionarse con una partida guardada anterior, la misión de Eden Prime siempre presente en tu agenda si no terminaste bien el DLC “From Ashes”, o la misión fantasma en Aequitas – originalmente un pasaje de Mass Effect 2. Por lo visto Bioware decidió agregar una edición de armas y la implicancia del peso en la recarga de poderes en vez mejorar lo medular.

Es ahí donde Mass Effect 3 intenta tapar un agujero con lo que mejor sabe hacer Bioware: narrativa.

Como siempre, la historia es el punto alto y en definitiva supera por mucho lo que habíamos jugado anteriormente. El desarrollo de personajes es más o menos profundo al igual que en las entregas anteriores, pero no por eso menos memorable. Hay tanto un enfoque mayor en entender los problemas de cada raza, y cómo los actuales eventos están afectando una galaxia entera, como a su vez en las pequeñas cosas que le pasa a nuestro escuadrón. Hay eventos dignos de destacar, como la “petición” de Garrus para disparar desde lo alto de la Ciudadela, el desenlace de la aventura Mordin, o los chistes interraciales con Joker (ese del misil me dejó riendo por media hora), mientras que en el plano general Mass Effect 3 nos da una visión más amplia y no tan cerrada de la Galaxia como sucedió con nuestra aventura debajo del alero de Cerberus.

Esto cobra mucho mayor peso cuando llevas cuenta del juego desde la primera entrega. Aunque es loable que Bioware haya decidido crear una especie de introducción con decisiones importantes para los primerizos, eventualmente encontrarán referencias a eventos pasados algo difíciles de tragar y asimilar. Mucho más cuando les dicen que los Segadores están a la vuelta de la esquina y están tomando la Galaxia por completo, eso sí a paso de tortuga.

Después de este punto todo te das cuenta de una revelación: Mass Effect 3 no es perfecto, pero tampoco intenta serlo.

Bueno, ahora saben que no es un RPG perfecto, mucho menos para los que les gustan completar los juegos. Es medianamente difícil seguirle la pista detallada a todas las cosas que hay que hacer ya que en este juego las misiones secundarias se consiguen escuchando conversaciones ajenas. No hay ningún indicador en el mapa galáctico que nos mantenga al tanto. ¿Ni en 180 años más podré anotar algo en un mapa holográfico de la galaxia presente en la nave más avanzada de la historia?

Cumpliendo misiones, ayudando gente con cosas mínimas o resolviendo problemas que llevan 300 años sin resolverse, todo sirve para un número crítico para llevar a cabo el asalto final: Activos de Guerra. Estos activos representan la potencia militar con la que se llevará a cabo el ataque final contra los segadores, y su porcentaje efectivo está dado por la “Preparación Galáctica”. Aquí está la mayor polémica, porque independientemente de lo que hagas, todas las decisiones se traducen en números inmasticables.

En vez de ofrecer múltiples desenlaces con grandes diferencias, esperable de tantas decisiones, Mass Effect 3 se queda con tres finales similares prácticamente contraproducentes. No voy a decirles cómo concluye el juego, pero para que tengan claro a qué me refiero con “fijo”, la última y más importante decisión de Shepard no tiene relación causa-efecto importante respecto a las decisiones a lo largo de tres juegos.

Aquí es cuando nos damos cuenta de la cruda revelación: en Mass Effect 3, no importan las decisiones.

Este nuevo agujero que aparece justo en la recta final es el que Bioware no puede tapar. Sólo después que la fanaticada se diera cuenta del problema – en realidad cualquier usuario con dos dedos de frente y que no se trague todo lo que le venden – y alegara legalmente que la subsidiaria de EA se decidió darse cuenta de la embarrada. “Damage Control” me dicen mis amigos publicistas, que no se nada más ni menos que extinguir el fuego de a poco y sin pasar a llevar los intereses de la compañía.

Con todo dicho, no nos encontramos con el mejor título de la serie, definitivamente no. Mass Effect 2 nos dijo que todas las decisiones tenían grandes repercusiones futuras, pero a su secuela poco le importó mantener la promesa hasta el final. Ese final no es uno que haga honor a las decisiones que llevaste a cabo durante esta travesía, y para nada uno que ponga a los fieles fans un pedestal más arriba que aquellos que no llevan importando sus partidas guardadas desde finales del año 2007. Cuando tienes en tus manos la obligación de terminar no sólo un juego, sino tres, es cuando no tienes que holgazanear.

Es normal sentir que el juego sólo se dedica a cumplir con el término de la aventura galáctica, al mismo tiempo que ofrece una gran narrativa y desarrollo de personajes para llegar al punto final. Mass Effect 3 se siente como si algo hubiese faltado, y en concreto, la magia de las decisiones, y la causa-efecto no está presente más allá de los números.

TL;DR: Mass Effect 2 > Mass Effect 3 > Mass Effect 1

Link: Más de Mass Effect 3 en Niubie

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