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A primera vista: PlayStation All-Stars Battle Royale

Todos contra todos, en una nueva versión del mundo PlayStation.

Una de las novedades menos sorpresivas de Sony en el E3 fue el anuncio de PlayStation All-Stars Battle Royale para Vita, y con juego cruzado en PlayStation 3. Y precisamente ese fue el objeto de máxima curiosidad para mi persona, por lo que apenas entré al stand de Sony me dirigí de cabeza a probar All-Stars Battle Royale.

Y por supuesto, podía elegirse jugar en cualquier consola. En mi caso, agarré la Vita, elegí primero a Kratos, y me dispuse a repartir leña por el escenario. Lo primero es lo primero: efectivamente, All-Stars Battle Royale es un símil de Smash Bros., pero con los personajes marca Sony y algún colado por ahí como ser el Big Daddy de BioShock. La demo no tenía muchos personajes disponibles, pero los que habían eran más que suficientes para probar variedad; el premio al mejor ataque se lo lleva la caída de trasero de la Fat Princess.

Dentro del juego, todo es bien fluído, rápido, y hasta caótico para quienes no estamos acostumbrados a este estilo tan particular de peleas. Los movimientos básicos en general son bastante sencillos, a la vez que propios de cada luchador: el doble salto es un deber, y la gran mayoría de los ataque especiales se realizan con alguna combinación de flecha de dirección más botón.

Por supuesto, hay otros ataques más poderosos y una barra que se va llenando a medida que se suceden golpes por la pantalla; mientras más alto el nivel de esta barra, más poderoso el ataque que consume todo el medidor. Los escenarios son bien interactivos, con plataformas que o se van moviendo o eventualmente se convierten en armas de doble filo, y ni hablar de cuando la famosa hidra del primer God of War ataca y molesta al que encuentre a su paso.

Mientras jugaba, pude conversar un poco con algunos desarrolladores que estaban ahí presentes, y nos dieron algunas características del juego cruzado entre plataformas. Obviamente que la versión de Vita tiene algunas limitaciones, pero en general ambas son exactamente el mismo juego sin mayor diferencia, algo que pudimos comprobar ahí mismo jugando un par de veces en cada consola. Al jugar en línea habrán algunos filtros a elección del jugador, pero el núcleo será el mismo para ambos y de hecho lo que se ve en pantalla es exactamente lo mismo.

De hecho, All-Stars Battle Royale en Vita se ve muy bien, aunque sufre con algunos planos más generales debido al tamaño de la pantalla que no deja apreciar con buen detalle la acción; esto se nota especialmente cuando la cámara se aleja al máximo y los personajes se reducen a apenas unos cuantos puntos. Pero más allá del detallito aquel, ambas versiones son muy fieles una a otra, y hasta los botones L2 y R2 son inútiles en PS3, para no estorbar a los jugadores de Vita por la falta de ambos.

PlayStation All-Stars Battle Royale no pretende ser otra cosa que peleas directas y diversión rápida. Por supuesto, falta ver si el juego también emula la profundidad que llegan a tener algunos Smash Bros., aunque eso parecen ser palabras mayores. Pero no se puede negar que la propuesta es atractiva, y es justo en ese caso cuando su originalidad -o la falta de ella- quedan completamente aisladas, casi como si importaran poco y nada.

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