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NB Labs: PlayStation All-Stars Battle Royale

El brawler de Sony tiene una buena base y buenas intenciones, pero no se cierra de la mejor forma y queda algo al debe.

Plataformas: PlayStation 3, PlayStation VitaDesarrollador: SuperBot Entertainment (PS3), Bluepoint Games (Vita)Distribuidor: SCEA

Más allá de que desde SuperBot se esfuercen por diferenciar su juego de lo que es la serie Smash Bros. de Nintendo, es imposible obviar las similitudes que suponen la fórmula más básica para un juego de este tipo: juntar un montón de personajes características de una marca, y ponerlos a todos a pelear. Dejando de lado el tema de la copia versus la inspiración, si la receta ya dio resultado en el pasado, perfectamente puede hacerlo de nuevo si se tienen los ingredientes correctos.

Y en Sony tienen esos ingredientes, pero aún así PlayStation All-Stars Battle Royale no da totalmente en el clavo. Es un buen primer intento, pero la falta de pulido en algunas de sus cuerdas termina con un producto que no termina de cerrarse y englobarse de forma totalmente regular.

Battle Royale basa su propuesta en dos elementos importantes. El primero y más llamativo a simple vista es el elenco, los 20 luchadores que vienen disponibles desde la caja y que a priori parece algo mejorable. Y es que personajes como Nathan Drake, Sackboy o Kratos no ameritan discusión alguna, pero claramente son imágenes ligadas a la etapa más moderna de la era PlayStation, olvidando un poco lo que fue la marca durante los últimos años del siglo pasado y los primeros de este. Y ese lapso de 10-12 años definitivamente es más relevante que el actual para un gran número de jugadores.

Y ahí es cuando se pone en discusión la inclusión de personajes como Radec de Killzone, o el Big Daddy de BioShock. El primero es llamativo precisamente porque se trata de una franquicia con pocos personajes reconocibles y donde Visari es algo (no mucho) más popular; del segundo, imposible no mencionar que BioShock llegó tarde y mal a PlayStation 3. En el caso de los personajes cuyos dueños son compañías externas a Sony se entiende algo de proteccionismo; de ahí la inclusión del nuevo Dante pensando en la promoción de DmC. Pero desde la perspectiva de un “festival PlayStation”, tendría mucho más sentido incluir el Dante que todos amaron en la era PlayStation 2.

No cabe duda que se está trabajando para corregir -en parte- esta situación en el futuro gracias al contenido descargable, pero queda claro que la elección de los personajes pudo ser mucho más acertada que esta. Si en Sony querían realmente apelar a los fanáticos de la marca PlayStation en el mundo, valía la pena el esfuerzo con Activision para conseguir a Crash Bandicoot, probablemente la primera gran mascota de la marca japonesa.

El sistema de combate más puro de PlayStation All-Stars Battle Royale es bastante interesante. Sus cimientos básicos están mucho más cercanos a un juego tradicional de peleas que a lo que ha sido Smash Bros, con una clara influencia de Street Fighter incluso hasta en el modo de tutorial. Cada personaje tiene una buena cantidad de ataques que se consiguen con tres botones (cuadrado, triángulo, círculo) más alguna dirección en el pad; el repertorio no es menor por personaje y da pie a algunas combinaciones bien interesantes, más allá de los combos prefijados y personalizados para cada luchador.

Sin embargo, hay un elemento jugable del que siempre hubo dudas desde su anuncio: los ataques especiales o Supers, elementos claves dentro de las batallas que determinan quien gana y quien no. Su formato es sencillo de entender y dominar, al igual que en la mayoría de juegos de pelea. Cada jugador tiene una barra especial de tres niveles que se va llenando al encajar golpes y combos de manera sucesiva, y a cada nivel es posible lanzar un ataque especial que al conectar exitosamente suma un punto de cara al resultado final o le resta una vida al rival, dependiendo del modo de juego.

Como no hay barra de vida tradicional ni nada por el estilo, el juego finalmente se reduce a llenar el medidor de especiales, lo que no deja de tener su propia estrategia pero que a la larga termina lastrando y limitando las partidas. Mi experiencia personal fue algo curiosa: varias veces jugando en línea, gané partidas frente a jugadores avezados que tenían un claro dominio del personaje y de la zona, y donde mi único mérito fue meter un ataque especial en el momento más oportuno, eliminando a varios rivales al mismo tiempo.

Este punto en concreto es complicado de abordar, porque los juegos de pelea se desarrollan su comunidad y competitividad con el tiempo, y probablemente de aquí a un año Battle Royale se juegue muy diferente a como se juega ahora. Pero con más de una semana con el juego, sigo pensando en que es imposible concebir un juego de lucha donde golpear al rival no signifique sacar una ventaja directa, o donde recibir golpes y golpes no conlleve algún tipo de penalización. Es cierto, los jugadores más hábiles pueden meter y meter combos y tener su barra especial llena por mucho más tiempo dentro de una pelea, pero a la hora de nivelar y balancear el juego, me queda la sensación de que dicha nivelación se hace tomando el factor mínimo de habilidad entre todos los combatientes.

Hay otras cosas en la utilización de los ataques especiales que tampoco terminan de convencer del todo. Dependiendo del personajes, los Super pueden ser más o menos efectivos, e incluso en luchadores como Raiden, utilizar el especial más básico llega a ser mucho más determinante que los superiores por el simple hecho de que su animación permite encadenarlo fácilmente dentro de un combo estándar. De paso, también es mucho más fácil agarrar desprevenido al rival, a diferencia de la parafernalia previa al ataque especial de máximo nivel.

La presentación de Battle Royale también es algo irregular. Dentro de las partidas, el juego se ve muy fluído, todos los personajes están bien modelados y en ningún caso el juego se resiente o anda a tirones, con los 60 cuadros por segundo presentes en todo momento. Sin embargo, los menús parecen haber sido hechos a la rápida y con el mínimo esfuerzo posible; tratándose de un exclusivo de Sony, el bajo nivel de prolijidad parece extraño. Por otra parte, la versión de Vita no parece estar ni comprometida ni recortada respecto a la de PS3, ya que más allá del cambio de tamaño en la pantalla, todo se ve prácticamente igual y en línea sigue siendo igual de fluído, excepto en contadas ocasiones en el modo 2vs2 donde el juego me asignó el mismo personaje que mi compañero.

PlayStation All-Stars Battle Royale es un buen primer intento, pero le falta recorrer esa milla extra para considerarlo un producto más firme. En el modo de un jugador, se necesita algo más de contenido fuera de la “campaña” y los tutoriales, amén de una plantilla que para los estándares actuales del género se hace algo corta. El núcleo del juego es correcto, porque ofrece un interesante sistema de combate al estilo más tradicional, pero su formato claramente no termina de cuajar. No se puede llorar sobre la leche derramada, pero hubiera sido muy acertado el incluir un sistema de puntuación más tradicional como alternativa, porque todo lo bueno del combate se termina diluyendo gracias a la verdadera limitante que son los ataques especiales.

Y es que, ¿cuál es el verdadero gran beneficio de dominar un personaje al revés y al derecho, y meter combinaciones efectivas y espectaculares si al final el desarrollo de la pelea no siempre favorece realmente al más hábil? Eso es algo que tendrán que analizar muy bien dentro de SuperBot Entertaintment. A veces, tratar de forzar una diferencia para evitar las comparaciones simplemente no funciona.

Lo imperdible:

– El sistema de combate básico es bueno, más cercano a un Street Fighter que a un Smash Bros.
– Pese a lo irregular de su presentación global, el diseño visual queda muy bien y el modo en línea es muy fluído.

Lo impresentable:

– El método de puntuación en base a Supers diluye y limita todo lo bueno de las mecánicas de combate.
– La plantilla de personajes es corta e incluye algunos que poca relación tienen con la historia de PlayStation.

Este artículo fue realizado con dos copias de PlayStation All-Stars Battle Royale (PS3 y Vita) facilitadas por Sony.

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