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Importaciones japonesas, una práctica de muchos jugadores

El gusto por la animación japonesa y los videojuegos, un fenómeno de varios años atrás que se sigue dando en nuestros días. Conoce las ventajas de hacerlo y el “boom” que lo desencadenó todo.

¿Existe alguna relación entre anime y videojuegos? Pese a que se trata de dos industrias totalmente diferentes, a través de los años se ha dado una mezcolanza entre los jugadores y las personas que gustan de las series de animación japonesa, generando un fenómeno de consumismo que muchas veces no encuentra espacio en los mercados nacionales, surgiendo, por lo tanto, la necesidad de recurrir a otros medios como la importación para satisfacer las necesidades de los más aficionados.

Dentro de la variada y siempre nutrida comunidad jugona no es raro hallar que algunos de sus integrantes exhiben en sus repisas algo más que juegos. En estas podemos ver un sinfín de figuras relacionadas con sus personajes de anime favoritos, tributos a la infancia o simplemente “trofeos” que se han ido recolectando a través de los años.

Quizá más de uno se pregunta cómo dio inicio todo este fanatismo por lo proveniente de tierras niponas. Pues bien, como suele suceder en la mayoría de los ámbitos dentro de la sociedad, sólo fue necesario el detonante adecuado y un público dispuesto a recibir con los brazos abiertos alguno que otro rasgo de una cultura completamente ajena y desconocida hasta ese momento.

En México, ese punto de partida tuvo diferentes nombres y apellidos, pero sin lugar a dudas uno de los acontecimientos más relevantes provino de la transmisión de anime por televisión abierta. Al respecto, el coleccionista Sergio Ortega da su punto de vista y menciona una de las series con mayor impacto en el país y toda Latinoamérica: los emblemáticos Caballeros del Zodiaco.

“A partir de 1992, con la transmisión de Saint Seiya, es cuando se empezó a dar este fenómeno, ya que marcó un parteaguas con respecto al anime en México. Antes se llegaron a transmitir otras series como Robotech, Candy Candy, La Princesa de los Mil Años, Remi o Astro Boy pero no llegaron a tener la popularidad e impacto de Los Caballeros del Zodiaco”, asegura.

Para sumar aún más afición a este particular suceso, la compañía Bandai no tardó mucho en comenzar la exportación de juguetes de Saint Seiya, atacando directamente la inmejorable recepción que había encontrado la obra de Masami Kurumada en personas de todas las edades.

“Al mismo tiempo de la transmisión de la serie ya se encontraban los juguetes, los cuales eran de una gran calidad. Hasta la fecha, las armaduras de estas figuras casi no se han despintado”, dice Ortega.

Por supuesto que sería injusto decir que Pegaso y su paso por las 12 Casas tuvieron total responsabilidad de lo que se gestaba en tierra Azteca. También vieron la luz por esos años series como Dragon Ball, Sailor Moon, Dragon Quest, Los Supercampeones, Ranma ½ y Beta X, llenando a su paso profundos huecos que dejaban los cartoons convencionales.

A partir de ese momento los gustos se volcaron de lo occidental a lo asiático, aunque todavía hacía falta un elemento que demostrara que lo ocurrido no eran sucesos aislados sin importancia. Fue en ese momento en el que, como caídos del cielo, se dio paso a la organización de eventos multitudinarios enfocados al anime y manga. Ferias conocidas como TNT, La Mole y la Conque.

“La llegada de las convenciones tuvo mucho que ver dentro del fenómeno, pues fue ahí donde las personas interesadas se dieron cuenta que otras personas también compartían sus gustos, registrándose al mismo tiempo una fuerte convivencia entre la fanaticada. Fue así que estas convenciones se tomaron como principales puntos de reunión, donde se comenzó a compartir intereses y gustos. Si bien es cierto que distaban mucho de los eventos realizados en Japón o ciertos puntos de Europa, creo que en general representaron algo muy positivo para todas aquellas personas que les gustaba compartir y buscar semejantes afines”, nos platica César Rangel, otro de los coleccionistas entrevistado.

Es justo recalcar que gran parte de la mercancía llevada a ese tipo de eventos se componía principalmente de piratería, pero eso no frenaba a los entusiastas consumidores que año con año asistían para derrochar fuertes sumas de efectivo.

De esta forma se planteó las bases de un escenario que fue creciendo con el paso del tiempo y que sumó más y más adeptos conforme los medios locales cumplían su misión de transmitir e incentivar a la población a decantarse por estas “nuevas propuestas” que atraparon con su frescura y originalidad.

El arte de importar

Hacerse de productos originales dentro del país siempre ha significado un auténtico reto para los aficionados a los coleccionables, en especial si tomamos en cuenta la gran cantidad de productos apócrifos que circulan por las diferentes tiendas “especializadas”. Ante esta situación, el importar directamente del país de origen se presenta como una alternativa viable para hacer frente al predicamento, aunque la misma práctica continúa siendo un tanto extraña para una buena parte de los fans. ¿A qué se debe esto último?

“Creo que es algo natural que todos pasamos en algún momento: el miedo a que algo salga mal tanto por el dinero invertido como por el articulo recibido. En mi experiencia he tenido que probar en diversas paginas para saber dónde es mejor realizar mis compras, encontrándome con lugares donde hay excelentes descuentos, pero costos de envió excesivamente altos; o sitios donde el costo de los artículos es justo con las tarifas de envío normales, pero con menos stock de artículos”, indica Rangel.

“Lo que sí les puedo asegurar es que para quitarme un poco el miedo primero busco información de la página en cuestión, checo la reputación gracias a Google, y cuando decido comprar algo por primera vez procuro sea solo un artículo de valor económico para evaluar la seguridad del sitio. En caso de que todo salga según lo planeado, entonces compro el número de artículos a futuro que me interesan”, agrega César, quien en los últimos años no sólo se ha dedicado a comprar productos para él, sino también para cualquier interesado en hacer pedidos a Japón.

El mismo Rangel comparte algunas de las ventajas que ha obtenido al pedir sus figuras a través de internet, una práctica que le ha valido juntar una colección con más de 700 artículos entre juegos, posters, ediciones limitados, figuras, plush y mangas desde el 2009.

Ventajas de importar desde Japón

El mismo coleccionista comparte algunas de las ventajas que ha obtenido al pedir sus figuras a través de internet, una práctica que le ha valido juntar una colección con más de 700 artículos entre juegos, posters, ediciones limitados, figuras, plush y mangas desde el 2009.

Precio: Comprar directo de Japón en una tienda online siempre nos permite tener el mismo precio de venta que tiene un consumidor japonés. Por otra parte, comprar en de manera local podría incrementar en valor de las cosas hasta un 200 por ciento.

Piratería: comprar en páginas online establecidas (verificando previamente su reputación) nos permite estar seguros de que nuestros artículos siempre serán originales, mientras que comprar aquí en México o cualquier otro país fuera de Japón siempre será un azar.

Envíos: los envíos los podemos controlar según nos convenga, y lo podemos hacer de acuerdo al número de piezas en un mismo paquete y las diferentes opciones a nuestra disposición. En general, las páginas utilizan EMS, y SAL (con o sin número de registro online) y aunque EMS es más rápido (4-7 días hábiles con rastreo online) es normalmente más caro por un 50 por ciento a diferencia de un SAL ( 14-21 días hábiles). Mi sugerencia para evitar alguna sorpresa es procurar elegir sus envíos registrados para poder hacer un seguimiento o reclamación oportuna ante cualquier anomalía o duda que tengan.

Pre-Orden: esta siempre es una ventaja en la mayoría de los sitios, pues nos permite apartar algún artículo sin correr el riesgo de que se agote. Además, cuando pre compramos algún producto tenemos más tiempo para administrar los pagos y el tiempo antes de que se ponga disponible en el stock.

Almacén: algunas páginas web ofrecen la opción de almacenar una figura o cualquier otro artículo por un tiempo determinado (30-90 días) dándonos la posibilidad de apartarlo para ser enviado más tarde. Esto es de especial ayuda si decidimos incluir más cosas posteriormente, ya que así podemos juntar todo en un mismo movimiento, ahorrándonos dinero en el envío.

Paypal: la mayoría de las páginas web incluyen a Paypal como método de pago, lo cual -aunque tiende presentar una tasa de cambio un poco mayor a la que está en el momento- nos da la seguridad y protección en caso de surgir algún problema. En esas situaciones, podemos presentar una queja por algún incumplimiento en lo solicitado, y Paypal puede reembolsar el pago, claro que dicha acción es mal visto por las tiendas y probablemente cancelen su cuenta si lo llegasen a aplicar, por lo que es importante en primer lugar ponerse en contacto con la tienda/pagina web y procurar arreglarlo.

Intermediarios: hay muchos artículos en Japón que de vez en cuando son para venta exclusiva de la región. Bajo este escenario, la única oportunidad de conseguirlo es por medio de un intermediario, aunque esto signifique más gastos de por medio, debido a que se paga por el esfuerzo de la persona y su tiempo invertido. La recomendación aquí es contactar a alguien de Tokio, pues es más frecuente encontrar estos “raros” coleccionables dentro de la urbe.

Aduana: finalmente, es importante que verifiquen no estar pidiendo alguna cosa “ilegal” dentro del país, algo que les podría ahorrar dolores de cabeza cuando pase por aduana. De igual forma, también es fundamental tener presente que todas las importaciones son revisadas y valuadas por la aduana, donde los responsables determinan si está libre de impuesto aduanal o deberá pagar un 16 por ciento sobre factura. Para bajar un poco los gastos pueden solicitar que los envíos sean declarados en valores inferiores o declarados como regalos. Procuren no mandarse con el tamaño de sus importaciones, pues estas son las que más llaman la atención de la aduana.

Videojuegos y anime

El anime y los juegos de video han construido una implícita alianza de colaboración desde el nacimiento de la industria en el país asiático. Conforme transcurrían los años y el mercado japonés se fortalecía con los nacimientos de Nintendo y Sega, encontrar juegos basados en animes o animes basados en juegos se volvió un evento cada vez más frecuente, situación que también vino a sembrar otra semilla dentro de los seguidores que ya estaban encarrilados con el fanatismo a tierras lejanas. Pero, ¿tuvo esto que ver en la creciente admiración del público mexicano hacia el tema?

“Muchísimo, gran parte del boom en México se debió justamente a la relación que existía entre el anime y los videojuegos. Era muy común encontrar juegos como el Dragon Ball Z Ultimate Battle 22, 3×3 Eyes, Macross VFX, Ranma o Sailor Moon en diversas tiendas que manejaban importaciones. Además gran parte del diseño de personajes de los juegos que aparecieron en ese entonces eran japoneses”, comenta Sergio Ortega, que dentro de su colección cuenta con una figura de Dizzy de Guilty Gear, un juego de Dragon Ball Z para Mega Drive, el soundtrack Edición Especial de Final Fantasy: Dissidia 012 Duodecim y el Artifact Box de Valkyrie Profile Silmeria de PS2.

César Rangel secunda la opinión de Sergio, aunque también confiesa que sus gustos se han dirigido más a todos los juegos que se presentan con un estilo de “Novela Visual”, ya que su capacidad para desarrollar a los personajes y contar una historia los convierten en auténticas piezas de colección.

“Personalmente, algo que me encanta y es bastante famoso en Japón son los títulos estilo Visual Novel , que incluso han dado paso a adaptaciones al anime. Un ejemplo de esto es Fate/ stay night o, mi favorita, Steins;Gate, por lo que es imposible como industrias verlas por separado , creo que lo mismo aplica para la mayoría de las personas”, dice.

Ser fanático de anime y que al mismo tiempo te gusten los videojuegos no es una regla, pero definitivamente encajan en un gran número de casos. La relación entre la industria de la animación japonesa y el entretenimiento virtual han conseguido buenos resultados, aunque los juegos no siempre son los mejores ejemplos. Pero no hay que olvidar que también existen las figuras, películas, series y otros coleccionables que han sido el resultado de una convivencia que data de varios años atrás.

Sin duda, uno de tantos fenómenos dentro de la industria jugona.

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