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Saints Row IV – A primera vista #E3

Olvídense de la seriedad y la rectitud. Volition Games nos demuestra que la irreverencia todavía tiene un espacio privilegiado en la industria.

Si alguien pensó que Volition Games acusaría recibo de las críticas a los elementos demasiado «juveniles» que se pueden ver en la serie Saints Row, se equivocó medio a medio. Y es que la nueva entrega del juego es básicamente un desprecio a todas esas críticas: no solo no se toman nada en serio, sino que van incluso más allá con Saints Row IV.

Es muy probable que el lenguaje tipo American Pie no sea del gusto de todos, pero esto es lo que hay en la cuarta parte de la franquicia. El Presidente de los Estados Unidos no tiene por qué ser una persona seria; mal que mal, pertenece a los Saints, que hacen las cosas como quieren: desde aceptar invitaciones a fiestas después de la jornada laboral, hasta golpear a un idiota en la cabeza.

La primera parte de la demo que probamos es justamente el comienzo del juego, con el Presidente realizando labores de costumbre en la Casa Blanca y sus asesores atendiendo a la prensa con respuestas de dudosa calaña. Ya desde el comienzo queda claro que el equipo de Volition no pretende autocensurarse ni nada, sino seguir el mismo camino reconocido de la serie. En ese sentido, la invasión extraterrestre parece de rutina, un evento casi lógico en el ilógico mundo de los Saints.

Dejando de lado el envoltorio, lo importante es cómo se juega. Para repeler a los aliens, nada como un buen shooter en tercera persona, con un buen control y manejo de armas. A diferencia de otros juegos de mundo abierto donde el gunplay no siempre es satisfactorio, en Volition hace rato parecen haber dado con la tecla justa para que el control se sienta natural, ágil y accesible desde un comienzo (especialmente para quienes ya tienen experiencia con los disparos). La sección inicial no es demasiado difícil, y se cierra con un mini enfrentamiento con el jefe de los extraterrestres donde hay que ejecutar algunos movimientos contextuales.

La segunda parte de la demo se va hacia adelante en el juego, ya en el mundo virtual de Steelport donde las actividades son variadas. Por supuesto, lo primero fue probar las armas: la Dubstep Gun y el disparador de Hoyos Negros deben ser de las piezas de arsenal más interesantes (y graciosas) que se hayan visto alguna vez en un sandbox.

Steelport tiene un tamaño bastante respetable (aunque no podría ahora hacer la comparación entre la antigua y la de este juego), y el nuevo estilo visual lleno de detalles de neon hace la diferencia respecto de la ciudad de Saints Row III. Además, ahora se puede recorrer de diferentes maneras, gracias a las habilidades al estilo Matrix del protagonista, que puede planear por los aires o encaramarse a estructuras como si nada. Una de las misiones disponibles exigía recorrer varios puntos de control a contrarreloj, y la agilidad del Presidente está bastante bien balanceada. Olvídense de movimientos ortopédicos.

La sesión de juego se nos hizo bastante corta, pero fue suficiente para quedar con un buen sabor de boca. En Volition parecen tener buenas ideas, y el tono «político oficialista» del juego le da un toque bastante agradable y novedoso. Pero a grandes rasgos, lo que manda es la diversión y ese punto es innegable: fueron 35 minutos muy entretenidos y que realmente se nos hicieron cortos. Parecía que llevábamos nada cuando llegó alguien a decirnos que el tiempo se había acabado.

Queda la impresión de que el cambio de THQ a Deep Silver fue de todo menos traumático para Volition Games. Saints Row IV sale a la venta en agosto, y si la experiencia de la demo del E3 se puede extender al resto del juego, es muy probable que se convierta en una de las mejores entregas de la franquicia.

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