Niubie Labs

Sonic Boom: Rise of Lyric [NB Labs]

Qué te han hecho, Sonic.

Plataformas: Wii UDesarrollador: Big Red Button EntertainmentDistribuidor: Sega

 

El estudio detrás de Sonic Boom: Rise of Lyric está fundado por un ex-desarrollador de Naughty Dog cuyo currículum incluye numerosos juegos de Crash Bandicoot, Jak & Daxter y hasta el primer Uncharted.

Esto no es una casualidad ni nada por el estilo; al contrario, Rise of Lyric es un cambio bastante importante respecto a lo que dice la historia de los juegos de Sonic. Este Rise of Lyric es derechamente un juego de aventuras y plataformas en 3D que suma varios de los conceptos clásicos del personaje. Y donde la mayoría de las cosas resultan entre regular y mal.

Ya la entrada al juego revela dos grandes detalles que con el pasar de las horas y los niveles se van agrandando. La cámara empieza siendo un problemia y termina siendo un problemazo, dando casi siempre el ángulo menos apropiado para ir sobrepasando los varios obstáculos dentro de un nivel. En principio no importa, porque la navegación introductoria es sencilla y no requiere de mayor esfuerzo.

Pero empiezan a aparecer más obstáculos y más enemigos y se convierte en una molestia.

Luego, esa intro hace un pase al estilo más clásico, con Sonic corriendo por un circuito lleno de curvas, giros y anillos por capturar. Y el framerate empieza a caer y el juego se convierte en un festival de tirones. Eso también se hace un problema más adelante, cuando los espacios son más abiertos y los traslados son más rápidos y el juego simplemente no es capaz de mostrarlo todo con fluidez.

Rise of Lyric está hecho sobre el CryEngine, pero no muestra técnicas gráficas excepcionales ni nada similar. Parece ser, antes que todo, una cuestión de optimización.

El problema es que todo en Rise of Lyric está como terminado a medias. Por ejemplo, el combate; un botón para golpear, otro para “agarrar” con un rayo tipo lazo y otro para eventualmente usar un ataque especial. Existe la posiblidad de esquivar, pero si se usa o no da lo mismo. Oleadas de robots enemigos atacan invariablemente con diferentes tipos de ataque en secciones que no pasan de los 2 minutos y aún así a veces parecieran eternas.

Como siempre están los cuatro personajes en pantalla y se puede cambiar a gusto del usuario, la recomendación es seleccionar a Knuckles y así terminar rápido el proceso. Lo mismo corre para los jefes de fin de nivel.

En el papel hay unas cuantas variables y opciones pero el combate en general es super insípido y pelear con robots no ofrece nada especial. No sirve para cambiar ni refrescar el ritmo de juego. Por el contrario, siempre aparece como una interrupción a lo que con toda seguridad es la parte más desarrollada del juego: las zonas de plataformas.

Y tampoco se trata de un diseño prodigioso ni nada por el estilo, pero para un juego como este al menos sirve como ejemplo de que algunas cosas sí están relativamente bien hechas. Ahora bien, muchas de esas secciones implican llegar hasta lo más alto del nivel y si Knuckles está entre los personajes seleccionables del momento, nada tan fácil como usar el bug de salto.

Con ese bug de salto es posible avanzar grandes espacios sin tener que molestarse en ir por el camino predeterminado. No, no está disponible en todas las secciones, pero cuando lo está y estas se empiezan a hacer algo repetitivas la tentación aparece y en grande.

En cierto momento del juego se pone disponible un mapa. En aquel mapa se dan indicaciones de hacia donde ir o cual es el siguiente objetivo, pero hasta algo que parece tan simple (es un mapa, ni más ni menos) resulta defectuoso. A olvidarse de que el mapa indique la dirección en la cual se apunta o todos los puntos de interés. Y entrar una, dos y hasta tres veces al menú de acceso solo para comprobar que se avanza de forma correcta es un proceso tedioso.

Rise of Lyric está basado en la serie Sonic Boom, que a su vez tiene su propia estética particular (Knuckles pasó años en un gimnasio) y está muy orientada a los niños. Y como tal, el juego está plagado de diálogos del tipo “una línea” a modo de confirmación tardía de lo que sucede en el momento. “Sonic, hay que ir por esa puerta” dice Tails una vez que esa puerta quedó atrás hace dos segundos. “Mejor probemos colgándonos por ahí”, repite Amy después de que los cuatro personajes ya van volando por el escenario. “Me encantan los rings”, repiten todos al recoger el enésimo. Y no anillos, como tendría que ser en español, sino rings.

Con el correr de las horas y los escenarios queda muy claro que Big Red Button intentó hacer varias cosas, casi como por ingenuidad. Si el juego se mira sin entrar en detalle, parecen haber buenas ideas en el diseño inicial. El estilo visual es agradable y bien colorido, las secciones de correr o de volar por los rieles aéreos tiene tomas de cámara bien abiertas que gritan “miren, épico paseo en gran escenario”, hay un buen puñado de niveles con plataformas y los cuatro personajes tienen habilidades que en algún momento van a ser requeridas. Los jefes son grandes y sus enfrentamientos son en general variados en mecánicas y métodos para derrotarlos.

Pero luego se mira el juego de cerca y los resultados son desastrosos. La cámara nunca funciona bien, el combate es insípido, la navegación por los escenarios y los objetivos nunca entrega todas las indicaciones necesarias y casi hay que andar adivinando que hacer o con quien hablar. El mundo está lleno de personajes necesitados de ayuda, pero si estos no existieran no pasaría nada porque antes que todo se ven como un relleno. Hay una colección de nuevos objetos para activar mejoras, pero en realidad no sirven en lo más mínimo. Y está lleno de bugs, fallas, y objetos que aparecen a un metro por arte de magia.

Sonic Boom: Rise of Lyric es un juego hecho con buenas intenciones y de eso no hay duda. Su ejecución, por otro lado, es desastrosa.

¿Qué significa esto?

Este artículo fue realizado con una copia del juego proporcionada por Sega.
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