En una iniciativa única, la astronauta análoga chilena Tatiana López fue parte del montaje del primer “Simulador Galáctico” del país. Se trató de una activación ubicada en el centro comercial Cenco Costanera - antes conocido como Costanera Center -, para dar a conocer los beneficios de Rexona Clinical, un desodorante que ofrece protección por 96 horas “sin importar las extremas condiciones que vivas día a día”. Así, la atracción destinada a fanáticos del espacio y de la ciencia permitió a sus visitantes viajar a través de la galaxia sin salir de la ciudad, contexto en el que la destacada divulgadora STEM fue la principal rostro de la campaña, compartiendo su entusiasmo por el proyecto.
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“Lo que más me gustó de esta campaña es que acercó a la gente a las ciencias espaciales, ya que los astronautas también entrenan dentro de las cápsulas que son enviadas al espacio. Esta activación fue una inspiración para las futuras generaciones que sueñan con ir al espacio”, indicó a FayerWayer.
Tatiana López y su vínculo con la frescura
Aunque pueda parecer extraña esta colaboración, lo cierto es que se une en un punto importante: La marca promete “confianza y frescura”, permitiendo a los usuarios enfrentar cualquier desafío, ya sea en la Tierra o en simulaciones espaciales.
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Y cómo no, aprovechamos la instancia para conversar con Tatiana López, y una de las primeras preguntas que se nos vino a la mente era sobre esta conexión con Rexona. Por eso, consultada sobre la higiene en el espacio, la representante chilena en la Misión Asclepios II detalló que los astronautas en realidad no se bañan, pero sí usan desodorante.
“Los astronautas se limpian con trapos húmedos y bolas de agua que están flotando en el espacio. En la Estación Espacial Internacional no es posible ducharse porque la microgravedad no permite que el agua caiga”, contó. Agregando que, eventualmente “cuando se construya una base lunar los astronautas sí podrán ducharse, ya que en la Luna la gravedad es de 1,62 m/s”.
¿Y cómo huele el espacio? “El espacio ha sido descrito con distintos aromas. Esto es porque cada vez que los astronautas emprenden caminatas extravehiculares, deben ponerse sus trajes y despresurizar la cabina. De tal modo, cuando los astronautas se sacan los trajes en el interior de la cabina, sienten un olor ahumado, muy similar a un asado aquí en la tierra”, cuenta López.
Sobre la Misión Asclepios II
La ingeniera civil aeroespacial hizo historia en 2022 al convertirse en la primera astronauta análoga chilena, destacando además como la única mujer latinoamericana seleccionada para la Misión Asclepios. Dicho proceso duró bastante tiempo, pero la joven finalmente logró formar parte del proyecto liderado por el Instituto Federal de Tecnología de Lausanne (EPFL) y la Agencia Espacial Europea (ESA).
Claro que lo difícil no fue sólo el proceso de selección. Y es que la Misión Asclepios II se llevó acabo en una simulación de base lunar en los Alpes suizos, dentro de una fortaleza de la Segunda Guerra Mundial. Ahí López y su grupo experimentaron condiciones extremas similares a las del polo sur lunar, bajas temperaturas, falta de gravedad y tareas como buceo bajo hielo y procedimientos médicos de emergencia.
“Nuestra base lunar tenía distintos aromas, mi favorito era el del café de la mañana, pero tenía un aroma a mineral, no sé si alguna vez has olido una piedra mojada, a eso olía nuestra misión”, describe la oriunda de la región del Biobío.
“Lo más anecdótico que nos tocó vivir juntos fue una simulación en la que fuimos despertados a las 3:00 AM; estábamos descansando y una alarma nos avisó que se había producido una explosión solar y, dentro de este contexto, toda la tecnología de la base iba a ser destruida. Yo tuve que correr a guardar el computador principal de la misión para poder mantener comunicaciones con nuestros compañeros de la tierra. Se sintió de lo más real la misión. Además, nos permitió poner a prueba todo lo que aprendimos en los entrenamientos”, recuerda.
¿Y el futuro de la exploración espacial?
Es sabido que las agencias internacionales como la NASA o la ESA están en un punto de inflexión respecto a la exploración espacial. Con misiones que miran hacia la Luna y Marte, lo cierto es que más pronto que tarde conoceremos nuevos secretos de nuestro sistema solar.
Al respecto, la chilena predice que “durante los próximos 10 años el ser humano ya va a haber vuelto a la Luna. Ya comenzaron las misiones Artemis que buscan llevar no sólo la primera mujer a la luna, sino que a una nueva generación. Esto, para construir la primera base humana en la luna, lo que le permitirá a los astronautas quedarse en la luna por períodos de tiempo más prolongados”
“No sé si en 10 años más lleguemos a Marte pero sí vamos a estar apuntando para allá”, añade. Es por ello que los próximos astronautas serán fundamentales para llevar a cabo misiones que hoy parecerían imposibles, afirma López, invitando a la resiliencia y a no rendirse con los sueños, ya que hoy “el cielo ya ni siquiera es el límite”.
“Tiene que existir algo más allá, otro tipo de vida”
Y como somos curiosos, no podíamos terminar esta entrevista sin un bonus: Conocer la opinión de Tatiana López sobre la vida más allá de la Tierra.
“Nuestro universo es tan amplio y hay tanto de él, que no conocemos que solo por probabilidad nosotros no podemos ser el único tipo de vida de nuestro universo; tiene que existir algo más allá, otro tipo de vida”, reflexiona la astronauta análoga.
Sentenciando que “algunos científicos han visto que existen las condiciones necesarias para la vida fuera de nuestro planeta. De hecho, hace poco aterrizó una cápsula que consigo traía muestras de un meteorito que existía incluso antes que existiera el planeta Tierra”.