Era 1988, llegó la Navidad y mis padres me regalaron un computador Atari. Ahora no parece gran cosa, de hecho luce armatoste que consume mucha electricidad y espacio en tecnología que hasta un mal juego de celular es capaz de superar. A pesar de estas limitantes, muchos recordamos aquellos tiempos con alegría y emoción, no sólo porque nos evocan nuestra niñez, sino también porque sabemos que vivimos una época única e irrepetible.
Para nuestros lectores más jóvenes, el 800XL fue una de las plataformas de Atari más famosas en Latinoamérica. Tenía la ventaja que se podía conectar a cualquier TV a través de la antena, tenía varías maneras de cargar las aplicaciones (a través de cassettes que tomaban mil años, de disqueteras de 5 ¼ y los catridges) y su hardware para muchos hoy puede parecer un chiste:
- Microprocesador : MOS Technology 6502C de 1.79 MHz (NTSC) / 1.77 MHz (PAL)
- Paleta de 256 colores
- Modo mapa de bits: 320×200 (2 colores en bloques de 8×8), 160×200 (3 colores más fondos en bloques de 4×8)
- RAM: 64 kB (65,536 bytes)
- ROM: 16 kB + 8kB Atari BASIC
Ya era un milagro lograr los -hoy clásicos- juegos de NES… vean esos números (aunque sólo entiendan la mitad de ellos) e imaginen cómo debe haber sido programar con las limitantes de 800XL. Eso no detuvo a apasionados programadores que sin ánimo de hacer millones o de quebrar los moldes de la industria lograron construir juegos que son parte de los inicios, de los comienzos del currículum gametril de muchos.
Uno de primero que se viene a la conciencia colectiva es Bruce Lee. Por alguna razón -probablemente porque podías jugar de a 2 al mismo tiempo- este juego del artista marcial es uno de los grandes. La misión era atravesar 4 o 5 niveles (honestamente no lo recuerdo) mientras éramos atacados por un ninja y un luchador de sumo verde (que era el player 2… aunque la mayoría terminaba uniéndose y pateando al ninja a más no poder). Bruce Lee era uno de los juegos más populares: quien tuviese un computador Atari tenía o había jugado este título.
Otro de los grandes era el Montezuma, un juego de exploración y plataformas que vendría siendo el pariente lejano dinosaurio de Metroid. El buen Montezuma gozaba de una sana popularidad, instauró que a los personajes al bajar una escalera mostraran el trasero (…en serio) y poseía una grata mixtura entre gráficos, dificultad y entretención.
La verdad, son tantos los juegos que cada vez que mientras más lo pienso recuerdo más títulos: juegos como Hero o Pitfall de una pequeña e humilde empresa llamada ActiVision (si, con V mayúscula en medio), Alley Cat (lúdico y maravilloso como él sólo), River Raid, Moon Patrol, Arkanoid, Tapper, Druid, Jungle Hunt, Laser Hawk (también conocido como el Lobo del Aire), Karate Championship, Ninja, Pole Position, Pitstop 2 y los que más adelante aprovecharon el avance tecnológico para sacarle más provecho al hardware, como Henry’s House, Draconus, Ninja Commando, Karateka, Yogi Bear y muchos más.
Tengo más que claro que se me fueron mil y un juegos del listado (desde ya disculpas por ello) pero eso es lo mágico de esta época: a pesar de que no había Internet o formas de informarse sobre los juegos fueron la distribución amateur, el mano a mano y la riqueza del universo de juegos para Atari los que hicieron de esa plataforma una de las grandes en nuestros recuerdos. Todos jugamos juegos similares como también tuvimos nuestros favoritos, juegos que eran notables y nadie parecía conocer, toda una época con un contexto imposible de emular o repetir, un contexto inigualablemente especial e emocionalmente único.
Apareció después el 65XE y otras variaciones al hardware base del 800XL aunque poco importa; los computadores Atari fueron la puerta de entrada al mundo de los videojuegos caseros para muchos y aún me evocan recuerdos de fines de semana con mi familia, los viajes en el viejo y querido furgón Suzuki y mucho más.
Alguna vez después de expresar mi admiración por los juegos vintage y lo emocionante que es recordar viejos tiempos alguien me comentó: ¿Y los que jugamos sólo para divertirnos cómo nos llamamos? ¿No somos hardcore gamers porque sólo vemos los juegos como un pasatiempo más?. Es una pregunta súper válida que nunca pude responder como corresponde y la verdad sea dicha: ver los juegos así es la consecuencia de recordar viejos tiempos, antiguos juegos y prehistóricos gráficos nos emocionan por la distancia, por cuanto tiempo ha pasado y por mucho más. El tiempo se encarga de que suceda, no es un plan, una intención o una distinción que hace a algunos más gamers que otros (a lo sumo nos hace más viejos o veteranos… me quedo con lo último, suena más digno). Seguramente quien me preguntó eso es más joven que yo… pero llegará el momento en que dirá cosas similares de juegos mucho más actuales en unos 15 años más, sólo es cuestión de tiempo.
Finalmente, pensar que no fue John Williams con sus bandas sonoras, no fue el cine o siquiera el NES; le di varias vueltas y finalmente me di cuenta que conocí y me enamoré de las bandas sonoras mucho antes, con esto:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=D_geyCilmFk&p=62E20786D4ED7BEE&playnext=1&index=9[/youtube]
