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The Godfather: The Game [NB Oldies]

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En uno de mis más recientes viajes a Estados Unidos visité varias tiendas GameStop, como suelo hacerlo cada vez que cruzo la frontera. Una de ellas me hizo una oferta que no podía rehusar: una copia usada de The Godfather: The Game para Xbox 360 en tan sólo US$10.

Al ser fan de los juegos de caja de arena y admirador de la trilogía fílmica creada por Francis Ford Coppola (aunque la tercera película no existió), tomé el juego, llamé a Alexander Hamilton y pedí que le pagara al buen hombre del mostrador.

The Godfather: The Game es un juego de mundo abierto que se toma algunas libertades para narrarnos la vida de la familia Corleone, que vimos en la famosa cinta de 1972. Tú juegas como Aldo Trapani, quien presencia el asesinato de su padre a manos de Don Emilio Barzini y, como es de esperarse, jura vengarse. Creo que está de más decir que este personaje no aparece en la película, pero lo menciono por si a caso.

Actores como James Caan y Robert Duvall prestaron su imagen y voz para el juego. El gran ausente fue Al Pacino.

Lo primero que vino a mi mente cuando empecé a jugarlo fue, “¡Por la barba de Odín! ¿Esto jugábamos en 2006?” Las gráficas, desde la anticuada tipografía de los menús – que dan la impresión de haber sido diseñados solamente para cumplir su función básica –, hasta la repetitiva textura de tabiques que aparece en todos los callejones de la simulada Nueva York, contribuyen a que el juego luzca añejo. Éste es uno de esos títulos que, visualmente, no envejecieron bien.

Los modelos de transeúntes, así como de automóviles, son limitados y te topas los mismos a cada cinco pasos. Los exteriores e interiores de los edificios son idénticos según su giro, por lo que todas las panaderías que visites, ya estén en Brooklyn, Little Italy, Nueva Jersey, Hell’s Kitchen o Midtown, serán exactamente igual a las anteriores.

Las animaciones de los personajes, tanto corporales como faciales, son pocas y mal hechas, al grado que puedes observar como los pixeles que dibujan los ojos de los modelos se estiran para simular sorpresa.

De la inteligencia artificial ni hablemos; los peatones se lanzan bajo tu automóvil y tus enemigos corren contra las paredes en un intento por alcanzarte. Son certeros en la puntería y montoneros, eso sí, pero un muro puede ser tu mejo aliado.

Las gráficas que robarán el aliento… después se disculparán y te lo regresarán.

No entendía cómo era posible que un estudio como EA Redwood Shores, ahora Visceral Games, creara un juego que luciera tan mal, sobre todo en el mismo año en que vimos títulos como Dead Rising, Saints Row y Gears of War en la misma consola. Cuando me puse a investigar, encontré mi respuesta: El juego fue planeado y lanzado originalmente para la PlayStation 2 y Xbox original.

Sin embargo, a pesar de algunos tropiezos en su diseño de juego, The Godfather: The Game no es enteramente malo. Por ejemplo, algo que me llamó la atención es que los ataques a mano limpia o con armas cuerpo a cuerpo se realizan con movimientos de la palanca derecha. Tus golpes cambiarán según hacia donde muevas la palanca, cuánto tiempo la dejes en una posición, o si tu enemigo está de pie o hincado. Esta mecánica libera al resto de los botones para asignarles otras actividades.

Los controles para disparar tus armas de fuego son sencillos de usar y cuenta con un sistema para ponerte a cubierta que facilitará tu participación en las balaceras. Desgraciadamente no cuantas con un chaleco antibalas ni espacio para cargar medicinas milagrosas que faciliten tu recuperación en medio de un encuentro, así que deberás ser cauteloso.

Afortunadamente, el juego salva automáticamente tu avance en distintas etapas de una misión, algo que se aprecia en varias misiones extensas cerca del final. Esto te permitirá continuar cerca de donde te quedaste sin tener que repetir la misión desde el principio. Si eres eliminado durante una misión extra tendrás que reiniciarla, pero el juego te coloca en el hospital más cercano al punto de partida.

Ir de extremo a extremo de la ciudad es tan divertido como ingerir barro.

A pesar el moderado tamaño del mapa, no existe manera alguna de viajar rápidamente de un punto a otro. Aquí no puedes tomar el metro, un taxi o decirle a tu compañero que maneje por ti. Puedes encontrar fácilmente un auto veloz y sonar el claxon para que los otros conductores se quiten de tu camino, pero eso no quita que sea tedioso transportarte de Nueva Jersey a Brooklyn.

Otra aportación que considero importante es el uso de videos a manera de manual de juego y tutorial. Estos aparecen cuando la historia te presenta una nueva mecánica de juegos que deba de ser explicada y posteriormente los puedes acceder desde el menú.

Lo que sí no tiene perdón de Zeus es su sistema de contenido descargable. A tu disposición tienes cinco armas de fuego (revolver, pistola, magnum, metralleta y escopeta) a las que les puedes comprar hasta tres mejoras. Existe una cuarta mejora para cada una de las armas, pero para acceder a ellas debes comprar primer un DLC. Sí, dale más dinero a Electronic Arts para que te permita jugar el juego como debió ser desde un principio. Algo similar sucede con un asesino que puedes contratar para que te asista, el cual debes comprar primero como contenido descargable.

Tú y tus matones.

Definitivamente, The Godfather: The Game es un seguidor y no un líder; tomó lo que hizo famoso a Grand Theft Auto III y sus secuelas, y lo empató con la licencia de una joya consagrada del cine. Creo que será – si no es que ya lo es – recordado más como una curiosidad derivada de la obra de Coppola y no por lo que contribuyó como videojuego. Aun así, dejó un legado importante, pues su motor, llamado igualmente Godfather, fue posteriormente reconstruido y mejorado para darle vida a Dead Space. Pero ese también será un dato de trivia.

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