Es muy difícil no estar escéptico por Arkham Origins. En primera, porque los dos juegos anteriores han sido tan únicos, que un tercero que repite el esquema (sandbox) podría estropear completamente el nombre de Arkham en esta generación. Y segundo, no solo porque no está Rocksteady en la dirección, sino porque el desarrollo del nuevo juego corre a cargo de un equipo cuyo primer proyecto es uno de grueso calibre.
Pero nada… El primer acercamiento a Arkham Origins sirve para ir despejando algunas dudas sobre el potencial que puede llegar a tener el joven Batman en su primer enfrentamiento contra algunos de sus más enconados enemigos. Dejando de lado al Joker que se pudo ver en el tráiler, la demo presentada por Michael McIntyre y Pierre Tremblay de WB Games Montreal se enfocó en las novedades incluidas en el repertorio del hombre murciélago.
Uno de los pilares de la serie Arkham es el sistema de combate («Free Flow»), que para esta tercera entrega no se ha evolucionado, sino que simplemente se retocaron y refinaron algunos aspectos. Específicamente en este apartado, no se vieron demasiadas novedades: la idea de «lo que no está roto no hay que arreglarlo» parece ser la consigna para el juego, aunque eso no impide agregar elementos nuevos a la fórmula, como un sistema de progresión basado en puntaje que se entrega después de cada combate.
Una vez terminada una revuelta, aparece en pantalla el puntaje y la experiencia de combate obtenida, todo basado en la dificultad de la respectiva pelea. La experiencia sirve para ir desbloqueando nuevos elementos, ya sean movimientos de batalla o habilidades con los gadgets que irán siendo útiles a medida que se desarrolla la historia.
Gotham siempre ha sido una ciudad peligrosa donde los crímenes están a la orden del día (o la noche), y Batman tendrá la opción de responder a las solicitudes de ayuda o simplemente dejarlas pasar. Estas misiones secundarias tienen ciertas variantes y algunas desarrollan un pequeño arco argumental independiente; en la demostración que pudimos ver, las misiones de Anarky se basaban en ir desactivando algunas bombas repartidas por la ciudad antes de que se termine el tiempo. Eventualmente, todo se cerrará enfrentando al enemigo en cuestión (a modo de jefe final) en una última escaramuza.
Pero lo que definitivamente se llevará los aplausos cuando el juego esté en la calle es el nuevo sistema llamado Case File. Batman es el detective más grande del mundo, y no solo resuelve situaciones con los puños, sino que también se vale de la tecnología. ¿Alguien recuerda cómo Bruce Wayne reconstruyó una bala desarmada en la película The Dark Knight? Con Case File se puede recrear casi totalmente una escena del crimen, lo que dará paso a que los eventos involucrados se muestren en retrospectiva de forma virtual.
En la demostración, Batman analizó la evidencia encontrada alrededor un enemigo caído en combate; el cuerpo estaba ahí porque un helicóptero cayó sobre un edificio. A su vez, ese helicóptero fue alcanzado por una bala de Deadshot. Lo interesante es que no fue solo cosa de colocarse en un solo punto y dejar que todos los hechos se desenvolvieran en retroceso, sino que Wayne debe por obligación ir encontrando y posicionándose sobre todos los puntos claves que permiten rearmar la escena completa.
Y por último, el nuevo gancho al estilo de Just Cause permitirá desarrollar nuevas estrategias en salas cerradas. Antes, la posición de Batman sobre los enemigos estaba predeterminada por los puestos disponibles sobre el techo. Ahora, el gancho permite crear un puente entre dos elementos fijos, con lo que se abren nuevos puntos estratégicos a la hora de tomar posición aérea para caerle encima a algún incauto, o para emprender la rápida retirada desde el suelo hacia arriba.
El joven Batman parece ser más despiadado en esta ocasión a juzgar por la manera en que trata a algunos enemigos. Pero lo más importante de todo, es que da la impresión de que la juventud del estudio a cargo de Arkham Origins no será impedimento para que la trilogía Arkham se complete con un juego de la calidad de sus antecesores. Y eso nunca va a ser poca cosa.
