Niubie Labs

Dark Souls III [NB Labs]

Morirás mucho, pero al final la experiencia será tan grata que no serás el mismo.

Xbox One – PS4 – PC From Software Bandai Namco

Dark Souls se estrena en las consolas de nueva generación. Luego del buen experimento que resultó ser Bloodborne, Hidetaka Miyazaki regresa a las raíces de la saga con una aventura en gran escala, interesantes agregados y una jugabilidad que no se aleja de lo que conocemos.

Dark Souls III es una evolución positiva, no solo porque el cambio de hardware le sienta bien, sino porque Miyazaki ha pulido ciertos aspectos y agregado otros que funcionaron en Bloodborne o el mismo Demon’s Souls. Este juego se siente como una verdadera secuela de Dark Souls, aunque en términos de historia no exista relación alguna. La trama del juego se centra en el Reino de Lothric, donde tomas el papel de un guerrero muerto al que se le encomienda la misión de derrotar a los Señores de la Ceniza y evitar el apocalipsis.

Al igual que en juegos anteriores, la historia está llena de ambigüedades, de huecos que el jugador debe descubrir, pero que a la larga pueden dejarse de lado. En la práctica, la tercera parte de Dark Souls es una mezcla de RPG de acción con los elementos de esos juegos de 8 bits en los que tenemos que descubrir el patrón de ataque de cada enemigo y aprovecharlo.

La muerte es parte de ese aprendizaje, tienes que aceptar que ocurrirá tarde o temprano. Al principio puede parecer complaciente para jugadores veteranos, pero una vez que enfrentas al primer Señor de la Ceniza, la dificultad aumenta al punto de invertir horas en tratar de matar a un jefe o subjefe.

El cambio de generación

Con las nuevas consolas se plantean escenarios más grandes, llenos de lugares qué explorar y de zonas secretas con recompensas. A diferencia de su antecesor, los escenarios de esta entrega se sienten más conectados, casi al nivel de Dark Souls pero sin llegar a imitar la verticalidad del juego original.

Dark Souls III cuenta con un buen diseño de niveles, aunque se echa de menos la variedad de caminos planteada en Dark Souls durante las primeras horas. La ambientación se mantiene en el plano medieval, sin embargo atrás quedaron las texturas estiradas o el poco nivel de detalle en territorio abierto. Para muestra basta pararse en la orilla de una torre o acantilado y mirar a lo lejos las zonas que hemos vencido o los peligros que nos esperan.

A nivel de jugabilidad, Dark Souls III sí ha sufrido cambios. El más evidente tiene que ver con la presencia de los Focus Points, equivalentes a los puntos de magia de Demon’s Souls y que gobiernan las Piromancias, Hechizos o Milagros.

Los Focus Points también son aprovechados por un nuevo movimiento especial de armas o escudos. Este sistema es muy parecido a Bloodborne y complementa el ataque normal y fuerte. Dependiendo del arma será la combinación, tiempo y efectividad. Algunas requieren ambas manos, otras aprovechan alguna habilidad del escudo para activarlas con un simple botón.

Un nutrido inventario

Dark Souls III tiene decenas de armas y armaduras por descubrir. Estas pueden mejorarse con la ayuda del herrero, ya sea aumentando estadísticas o insertando piedras especiales. Algunas se otorgan como recompensa al hacer favores o matar a los jefes finales. Si eres meticuloso podrás gestionar tu inventario y organizarlo como mejor te convenga.

Mención aparte merece el apartado multijugador. Este tema es algo sensible para muchos jugadores, sobre todo aquellos que odiaban las invasiones en los primeros juegos. En Dark Souls III las almas han sido sustituidas por el Ember, que se activa al vencer un jefe o usar un consumible del menú. El Ember no solo aumenta la barra de salud, sino que permite la interacción con otros jugadores.

Puedes invadir otros juegos, ofrecer tu ayuda para vencer a un jefe o pelear por una facción. Tener el Ember activo también garantiza ciertos encuentros con la inteligencia artificial y le da una cara distinta al juego. El multijugador no se siente forzado y los duelos llegan a ser divertidos, aunque siempre existirá la opción de jugarlo sin esta característica.

¿PC o consolas?

Por último vale la pena mencionar que si bien Dark Souls III está disponible en las consolas de nueva generación, el mejor lugar para disfrutarlo es en PC. En consolas el juego no supera los 30 fps y en ciertos escenarios la caída de cuadros es notable. En PC con un equipo medianamente decente (de hace dos o tres años) puedes levantar los 60 cuadros por segundo a nivel de detalle alto.

From Software ha dejado atrás el incidente del port de Dark Souls. Las opciones gráficas para Dark Souls III en PC son robustas y la posibilidad de mods abren la puerta a ciertas mejoras. No queremos decir que el juego en PlayStation 4 sea malo, simplemente que una vez que pruebas Dark Souls 3 en PC no quieres regresar a la experiencia de consola, aunque el bug del Bonfire me haya obligado a abandonarlo por una semana.

Conclusión

Dark Souls III es un buen juego de acción para aquellos que gustan de los retos y no tienen miedo a morir. La cantidad de horas para finalizarlo depende de la destreza y la velocidad de aprendizaje. Si eres fanático de la saga, es una compra obligada ya que representa el cierre de la trilogía.

No hay juego que ofrezca un nivel de satisfacción al hacer checkpoint luego de derrotar a un jefe, como lo hace Dark Souls III.

Para los fanáticos de la saga, es compra obligada.
Versiones de PC y PS4 analizadas, copias facilitadas por Bandai Namco.
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