Apenas abiertas las puertas de E3 tuve la chance de colarme al espectacular booth de Nintendo para probar The Legend of Zelda: Breath of the Wild y la verdad es que no, no decepcionó.
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Aún cuando se trata de un esquema diferente al de Zelda anteriores, Breath of the Wild conserva los elementos más familiares de la franquicia. Sin embargo, a la ve se siente diferente en cuanto a la forma de explorar el mapa, a los elementos y su distribución en el mismo y a algunos nuevos gadgets de Link, como esa especie de tablet que sirve para hacer básicamente todo.
Breath of the Wild se ve bastante bien, sobre todo gracias a su apartado artístico que está muy bien cuidado.