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Marvel vs Capcom Infinite [NB Labs]

Feo, pero más que cumplidor.

A Marvel vs Capcom Infinite se le ha mirado con cierto recelo desde que se presentó. Y por varios motivos, siendo uno de ellos el antecedente de Street Fighter V que, pese a su buena salud competitiva, no dejó en buen pie a la marca a diferencia de su antecesor que prácticamente sirvió para volver a popularizar todo el género de peleas.

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Otro de los motivos para mirar con cierta distancia el nuevo Marvel vs Capcom Infinite es la injerencia de Disney, algo que quedó patente desde la primera vez que se vio el juego. ¿Por qué se abandona la excelente estética tipo comic de Marvel vs Capcom 3 para dar paso a una a todas luces mucho más genérica? Si bien las razones exactas no se conocen, viendo la dirección de arte del juego queda claro que el universo cinemático de Marvel tiene mucho que ver en la decisión.

Pero lo importante es que pese a que Marvel vs Capcom Infinite partió remando contra la corriente, el juego final se sobrepone a esos detalles y ¡por fin! Capcom consigue entregar un producto con muchas aristas destacables.

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La más importante de todas es que la jugabilidad es la de Marvel vs Capcom de siempre. Aún con los cambios y ajustes de esta edición, el sistema de combate es robusto y esto es algo que Capcom generalmente consigue bien en todos sus juegos. La novedad más patente ahora es el agregado de las gemas, que actúan como modificadores de combate entregando varios tipos de ventajas y que se adaptan muy bien a los diferentes estilos de pelea de los jugadores.

Y es que alguien con un equipo de bestias como Hulk o Haggar puede jugar de forma muy diferente a otro con la misma dupla pero equipando una gema diferente. Estas gemas en medio de las peleas permiten pequeños golpes y movimientos especiales o bien llenando el medidor completo para activar el modificador principal de la gema que por un tiempo limitado genera condiciones diferentes en el combate: una gema encierra al rival en un cubo, otra revive a un personaje caído y regenera la barra de vida, otra suelta ataques del escenario dependiendo del botón que se presione, etcétera.

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Por regla general, defender la activación de una gema es difícil y muchas veces no queda más que agazaparse y esperar a que pase el chaparrón, o bien intentar un contraataque (en mi caso, cada vez que lo intenté fue para peor). Pero lo más interesante de esta mecánica es que le da mucha fluidez a un juego que de por sí ya es muy dinámico.

Y es que pese a que ahora los equipos son de dos personajes y no tres como el anterior Marvel vs Capcom, en ningún caso la reducción de un integrante es perjudicial para el juego. Respecto a esto, es posible que los jugadores más expertos tengan una visión diferente, pero al menos nunca sentí como que las peleas fueran más cortas de lo normal o algo por el estilo.

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Es también interesante notar que Infinite sigue manteniendo viva la jugabilidad diferente y más alocada respecto a sus pares del género. En Marvel vs Capcom uno de los enfoques principales (sobre todo en la tercera parte) fue “mantener al rival en el aire todo el tiempo posible”, lo cual en ocasiones reflejaba un juego algo roto o desbalanceado. Pero ¿acaso no es esa la principal virtud del juego? ¿No es eso lo que encantó a la gente desde los comienzos de la saga?

Infinite no se olvida de ese principio de combos aéreos espectaculares y el sistema de gemas parece potenciar eso con las diferentes combinaciones que ofrece. Y todo lo anterior sin olvidarse de los jugadores más novatos, facilitando las cosas con algunos comandos muy simplificados y combinaciones automáticas que, de verdad, van a ser el deleite de todos (y que los más avezados pueden desactivar).

A riesgo de sonar repetitivo, insisto en que el punto más criticable de este juego es la dirección de arte. OK, olvidemos por un segundo la estética comic: de igual forma el modelo de todos los personajes es muy básico, genérico y “casi pirata”, a juicio de un integrante del equipo editorial. Los personajes de Marvel están basados en el universo cinemático y eso puede gustar más o puede gustar menos, pero los que vienen de Capcom se ven derechamente feos y te estoy mirando a ti, Frank West. Y para qué hablar del HUD en las peleas o de los menús.

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Pese a lo anterior, lo bueno es que Capcom aprendió la dura lección de Street Fighter V. Infinite no se queda corto en modos de juego, partiendo por el modo historia que cuenta una historia muy marveliana sobre Ultron que quiere eliminarlos a todos y que ofrece diferentes tipos de batallas: a veces 1v1, a veces 2v2, a veces 2 v 100 robots y siempre intercalando cinemáticas que no hacen más que evidenciar lo feo que se ven los diseños.

Después está el modo arcade (¡aleluya!), el de entrenamiento y el online que funciona bastante bien, aún cuando encontrar rival a veces demora más de lo normal pero que importa sí en general no hay problemas de red y las partidas son muy limpias en ese sentido.

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Fuera de su aspecto estético, hay pocas cosas realmente criticables hacia Marvel vs Capcom Infinite. ¿Qué trae pocos personajes? Sí, 30 parecen pocos para un juego que tiene un universo casi infinito de donde elegir. Pero siempre estará la duda sobre la influencia de Disney en esa decisión, sobre todo luego de la omisión inexplicable de los X-Men.

Marvel vs Capcom Infinite es un juego que parece engendrado con limitaciones insalvables y a Capcom no le quedó más opción que hacer lo mejor posible dentro de esos límites. Por fortuna, lo más importante de la serie se mantiene casi sin cambios y fiel a la propuesta inicial, a lo que representa la unión de los mundos de Capcom y Marvel.

Y aún con menos personajes y con un arte genérico, Infinite es un juego que engancha y que divierte porque sus virtudes son mucho mayores que sus defectos.

Marvel vs Capcom Infinite está disponible en PS4, Xbox One y PC (USD $60). Copia de revisión facilitada por Capcom.

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