La misión espacial Gemini-11, llevada a cabo en septiembre de 1966, se convirtió en un hito inesperado cuando los astronautas Charles Conrad y Richard Gordon, agobiados por la exhaustiva rutina de trabajo, se rindieron ante el cansancio y se durmieron durante la misión.
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Esta anécdota es poco conocida en la historia de la exploración espacial, pero sirvió de lección para futuros colegas.
Dormidos en el espacio
La misión Gemini-11, destinada a realizar experimentos, observaciones y mediciones, exigió tanto a sus tripulantes que la fatiga se acumuló rápidamente.
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Tras días de arduo trabajo, Conrad y Gordon se enfrentaron a su última tarea antes del regreso a la Tierra: desechar la basura acumulada en el viaje.
Este procedimiento implicaba despresurizar la nave y abrir la escotilla, lo que les ofreció una vista impresionante del espacio.
Y, aprovechando la rara oportunidad de estar despresurizados en órbita, uno de ellos decidió tomar fotografías del espacio, retrasando el cierre de la escotilla.
En este momento, el agotamiento de ambos astronautas quedó evidenciado cuando se quedaron dormidos, Conrad dentro de la nave y Gordon colgando del cable de seguridad fuera de la escotilla.
Esta pudo ser una historia triste, pero afortunadamente los dos astronautas se recuperaron rápidamente y completaron la misión sin mayores inconvenientes.
Es así como este incidente no planificado marcó un momento para el recuerdo en la historia de la exploración espacial: la primera siesta en el espacio.